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Este es el título del libro, que monseñor Julio Parrilla, presentó el pasado jueves 14 de septiembre en la ciudad de Quito. En el evento del lanzamiento, estuvo acompañado por amigos y conocidos de su vida sacerdotal en Ecuador. Lo acompañaron en dicha presentación: Mons. Gerardo Nieves, obispo Auxiliar de Guayaquil y P. José García, Secretario Ejecutivo de Cáritas Ecuador.

Recordemos que Mons. Julio Parrilla, es miembro de las Comunidades Adsis y en Ecuador ejerció su ministerio por más de 30 años. Primero en la parroquia de la Inmaculada de Iñaquito y después como obispo Loja y Riobamba. Fue presidente de Cáritas Ecuador en tres períodos, impulsando la autonomía de Cáritas Nacional, la Formación y Coordinación de las Caritas Parroquiales y Diocesanas, la búsqueda de recursos, las respuestas a las emergencias, el acompañamiento a los pueblos originarios en la lucha por sus derechos, sus culturas y espiritualidad, los proyectos agroecológicos y de comercio justo…

El P. José García, Secretario Ejecutivo de Cáritas Ecuador, en su presentación del libro “MI ESPERANZA LLEVA SU NOMBRE”, dijo que, en la obra, se pueden descubrir como siete líneas temáticas:

  • Una comunicación de la vida y de la experiencia de la fe en Jesús.
  • Hay comentarios de muchos textos de la Palabra de Jesús.
  • Hay una certeza valiosa que Julio ha vivido a lo largo de toda su vida: su pasión por amar y servir a los jóvenes y a las personas empobrecidas
  • Hay una comunicación profunda de los aprendizajes que le marcaron la vida: su entrega y dedicación a Cáritas, a la Pastoral de la Salud y la Penitenciaria, la animación y formación en las Asambleas Nacionales, …
  • El ejercicio de su ministerio episcopal en Loja y Riobamba, contemplados desde su ser ya obispo emérito, como vivió y sirvió a la iglesia y al pueblo del Ecuador.
  • Hay referencias a su vocación Adsis, a nuestro carisma y Movimiento, a su fundador José Luis Pérez, y a las vivencias que le marcaron su vida desde muy joven.

El P. José, al referirse a la séptima línea, al capítulo 14 del libro, aseguró que es una “auténtica joya, expresión de la profundidad de su vida y de su persona. Testamento vital y espiritual del FUNDAMENTO DE SU ESPERANZA”.

El P. José García, compartió algunos párrafos del libro de monseñor Julio Parrilla, en el capítulo titulado LOS OJOS PUESTOS EN LA CUNETAS:

“Cuando Jesús nos recuerda que Dios es Padre, que tenemos que amarle sobre todas las cosas y amar a nuestros hermanos ejerciendo con ellos la misericordia, nos está pidiendo que tengamos nuestros ojos puestos en las cunetas de la vida, en los márgenes del mundo.

La parábola del buen samaritano, (Lucas 10, 29-37), se ha convertido en una de las más bellas referencias del Evangelio y de la espiritualidad cristiana frente a la autoreferencialidad con la que hoy vive el hombre y la mujer ensimismados y distraídos en las mil ofertas que la sociedad de consumo les ofrece, la parábola es una llamada provocativa a poner los ojos en el hermano herido.

Una vez más la primera referencia es Jesús mismo, su amor y su cercanía, su compromiso y entrega generosa, más allá de los dictados de la ley o de la tradición judía. Que sea un extranjero y un hereje quien ejerza la solidaridad y la compasión frente al sacerdote y el levita resulta muy significativo. Para Jesús no hay acepción de personas, porque el hombre herido nos representa a todos, a esta condición humana lacerada por la codicia y el egoísmo y porque además la salvación que Dios nos da, es universal, lo mismo que la compasión.

Y una segunda referencia es la misma iglesia, sacramento del encuentro con el Padre con su amor entrañable. Durante años en Cáritas y en otros muchos foros pastorales hemos proclamado la necesidad de construir una iglesia samaritana presente en medio del dolor del mundo, atenta a los empobrecidos, comprometida con los abandonados… una iglesia compasiva que, de la mano de Jesús sea motivo de esperanza para el mundo. Es algo que ha formado parte fundamental del magisterio del Papa Francisco.

Invito a que puedan gozar leyendo y que sea motivo para todos de una mejor espiritualidad y al mismo tiempo de construcción de una iglesia de comunión fraterna y solidaria y muy atenta a las distintas etapas de la vida y en concreto a la penúltima etapa de la vida. El nombre del libro es sugerente, cercano de un Dios que nos acompaña en todas las etapas de la vida”.

Mons. Julio Parrilla.

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