Desde que empezó el flujo migratorio de la población en situación de movilidad humana hacia Ecuador, específicamente la venezolana, ésta ha ido cambiando, ya que se han presentado diversos momentos donde las familias han experimentado situaciones positivas y negativas.
Según un estudio realizado por el Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes (GTRM), la provincia de Sucumbíos refleja un índice de aumento de la violencia como el sicariato y que incide en la percepción de inseguridad de la zona fronteriza, lo que aumenta la sensación colectiva de temor de las personas que arriban o viven en la localidad.
El ingreso de la población migrante es constante, ya sea en tránsito por los pasos irregulares de la frontera, o con la intención de reunificarse con sus familiares residentes en Perú, Chile o en diversos lugares del Ecuador. Así mismo, el estudio del GTRM, resalta que los pasos irregulares siguen exponiendo la integridad física, emocional y psicológica de la población que ingresa por esos tramos o trochas como comúnmente se las conoce.
La provincia de Sucumbíos cuenta con una casa de acogida para la población migrante que arriba por la frontera norte, la misma que se encuentra ubicada en la ciudad de Nueva Loja.
Kelly Jordán, técnica del área de Movilidad Humana, está la frente de la coordinación de la Casa de Acogida Buen Samaritano, recuerda que la Iglesia por medio del Vicariato Apostólico de Sucumbíos, vio la necesidad de abrir un espacio de acogida e integración para las familias migrantes que llegaban a la provincia, la casa se abrió el 10 de abril de 2019.
Respecto al paso de las familias migrantes por la zona fronteriza de la provincia de Sucumbíos, Kelly menciona que “se registró un incremento a inicios de 2023 por factores sociales y climáticos debido a las fuertes lluvias que afectaron las vías de acceso tanto al sur y norte al país vecino”, también agrega que “hubo un ligero aumento de población, mientras que las salidas bajaron”.
La casa el Buen Samaritano, tiene la capacidad de albergar a 80 personas, son familias que están de tránsito, “se quedan tres o cuatro días y continúan su camino para reunirse con su familia que se encuentra en: Perú, Brasil, Chile y Argentina”. Kelly recuerda las palabras de monseñor Celmo Lazzari, cuando inauguró la casa de acogida: “Esta casa se hizo para seguir los pasos de solidaridad de Jesús, y mostraremos la grandeza de Sucumbíos con la capacidad que tenemos de atender a los últimos y los olvidados”.
“Desde junio de 2022 más de 104.000 personas han podido concluir su registro migratorio, y de esa cifra, unos 55.000 venezolanos y venezolanas han solicitado la visa. Hasta el mes de febrero de 2023, casi 41.000 migrantes habían recibido su visa de residencia temporal. Otros miles siguen transitando alguna de las instancias del plan de regularización”, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas, (ONU).
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