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Cada año, el 5 de diciembre, celebramos el Día Internacional de los Voluntarios: el día de la entrega con y por gratuidad, el día de salir al encuentro con quienes están siendo, de una manera u otra, descartados, excluidos, marginados y no pueden acceder a poder desarrollar todos sus derechos.

En Ecuador, también son miles las personas que –en tantas organizaciones, fundaciones, colectivos, congregaciones–desarrollan un servicio gratuito y desinteresado, fielmente, una presencia de acompañamiento, de escucha, apoyo, fortalecimiento, protección y cuidados.

Caritas de Ecuador también quiere sumarse a esta celebración agradeciendo al voluntariado de las parroquias, diócesis, proyectos, su entrega generosa y fiel.

 

Y queremos compartir algunos de los rasgos de la IDENTIDAD de nuestro voluntariado:

  1. El voluntariado necesita descubrir la complejidad de los procesos sociales. Una idea simple es una idea simplificada. Saber estar en una sociedad compleja disponiendo de una buena información, es una cualidad esencial del voluntariado.
  2. El voluntariado tiene sentido, cuando se realiza desde la búsqueda permanente de que cada persona sea protagonista de su vida. Todos los gestos de servicio merecen la pena, si son pasos en la remoción de las causas de la marginalidad y del sufrimiento innecesario.
  3. La acción voluntaria sólo tiene calidad ética, cuando es la opción libre de personas con una triple aspiración: la estima y el reconocimiento de sí mismo, la solidaridad con los demás y el compromiso por una sociedad justa.
  4. El voluntariado es una presencia que reclama los compromisos y responsabilidades del Estado, no es una coartada para desmantelarlos. Si su presencia es, en algún momento, un pretexto para que el poder público se retire o reduzca sus esfuerzos, el voluntariado ha entrado en zona de peligro.
  5. La acción voluntaria es como una orquesta: lo importante es que suene bien; importa poco si la flauta es de madera o de metal, si es de éste o de aquél. A la orquesta debemos exigirle coordinación, coherencia y concentración de esfuerzos. Cada voluntario es un «jugador de equipo», y juega en su propio lugar colaborando con el resto en función del partido.
  6. La acción voluntaria ha de tener competencia humana y calidad técnica. Solo con el amor y con la buena voluntad no basta; si por ignorancia o por incompetencia, hiciéramos sufrir a una persona frágil, aunque fuera con la mejor intención, solo lograríamos aumentar su impotencia y su marginalidad.
  7. El voluntariado debiera llegar a ser una propuesta para todos y no solo para quienes les sobra el tiempo. Más bien responde al ejercicio de ciudadanía, que se responsabiliza de los asuntos que afectan a toda la sociedad.
  8. El voluntario y el profesional de la acción social realizan su tarea de manera complementaria, enriqueciéndose y apoyándose mutuamente.
  9. El voluntariado necesita hoy disciplinar su acción con un programa, unos objetivos, un método, unos plazos, una dedicación seria y competente, una evaluación; y por eso implica un compromiso estable, con programación, fidelidad a los objetivos y procesos, permanencia en lo concreto.
  10. La acción voluntaria requiere reciprocidad: no se orienta simplemente a la asistencia de la otra persona, sino al crecimiento de ambas, aun cuando sean diferentes sus contribuciones. La estima de la otra persona no solo exige la acogida, sino que espera una respuesta análoga: «todos somos sanadores heridos».

José García, Secretario Ejecutivo de Cáritas Ecuador.

CategoryEditorial
  1. Si me pareció muy interesante formar parte de este voluntariado de cáritas porque así podemos ayudar a muchas personas que necesitan de nuestra ayuda, espero organizar a jóvenes que integren a este grupo y poder llegar a lugares más olvidadas de nuestra provincia.

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