Estimados hermanas y hermanas.
El Jubileo Extraordinario de la Misericordia ha concluido formalmente en la Solemnidad de Cristo Rey.
Papa Francisco cerró la Puerta Santa, sin embargo, «Ahora, concluido este Jubileo, es tiempo de mirar hacia adelante y de comprender cómo seguir viviendo con fidelidad, alegría y entusiasmo, la riqueza de la misericordia divina. Nuestras comunidades continuarán con vitalidad y dinamismo la obra de la nueva evangelización en la medida en que la «conversión pastoral», que estamos llamados a vivir, se plasme cada día, gracias a la fuerza renovadora de la misericordia» (Misericordia et Misera 5).
Compartimos con todos ustedes el texto de la Carta Apostólica Misericordia et Misera, con la cual el Santo Padre nos convoca a mantener abiertas las puertas de nuestro corazón, dando testimonio de una Iglesia samaritana, en salida misionera, pobre para los pobres, que opta preferentemente por los que viven en las periferias humanas y existenciales, construyendo junto con Ellos un mundo nuevo pleno de amor, justicia y paz, en equilibrio armonioso con la creación.
Difundamos este documento, acompañemos a nuestros agentes a meditar su profunda enseñanza y sobre toda a hacerla vida.
Quiero destacar una invitación que nos hace el papa Francisco en esta carta Apostólica, la cual las Pastorales Sociales CÁRITAS del Continente y todas las realidades eclesiales comprometidas con la dimensión social de la evangelización debemos apoyar con entusiasmo y compromiso:
«A la luz del «Jubileo de las personas socialmente excluidas», mientras en todas las catedrales y santuarios del mundo se cerraban las Puertas de la Misericordia, intuí que, como otro signo concreto de este Año Santo extraordinario, se debe celebrar en toda la Iglesia, en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada mundial de los pobres. Será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia (cf. Mt 25,31-46). Será una Jornada que ayudará a las comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y sobre el hecho que, mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa (cf. Lc 16,19-21), no podrá haber justicia ni paz social. Esta Jornada constituirá también una genuina forma de nueva evangelización (cf. Mt 11,5), con la que se renueve el rostro de la Iglesia en su acción perenne de conversión pastoral, para ser testimonio de la misericordia» (Misericordia et Misera 21).
Un abrazo fraterno
MSc. Elvy Monzant Arraga
Secretario Ejecutivo
Departamento de Justicia y Solidaridad
Consejo Episcopal Latinoamericano
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