Hablar de las y los hermanos Combonianos y de su vida misionera en el ecuador, hay que trasladarse al año 1955 cuando llegaron los primeros misioneros a Quito (conocidos también con los nombres de Misioneros de las misiones africanas e hijos del corazón de Jesús. Habían fundado casi un siglo antes por el que él ahora es un santo de la iglesia universal San Daniel Comboni, primer obispo de África Central conocido por el “Padre de los Negros”.
Al valle del chota llegaron por primera vez las hermanas Combonianas hace más de 30 años, localidad que está situada en la cuenca del río Chota en los límites entre las provincias de Imbabura y Carchi. Se caracteriza por tener una población de origen africano.
Y es en el valle del Chota donde encontramos a los esposos afrodescendientes Hilda Lara y Eliécer Chala, quienes desde hace más de tres décadas decidieron seguir el camino de la misión. Conversamos con ellos y quisimos saber que les motivo continuar y como mantienen todavía esa vocación.
Para Hilda Lara, una de sus principales motivaciones es la fe que tiene en dios: “desde que llegaron las hermanitas Combonianas yo siempre les recibía, tenemos esa misión de acoger a la gente que viene. Era allegada a la iglesia, después pasamos a formar parte de la pastoral afro en el chota y nos fuimos haciéndonos misioneros.
La respuesta de don Eliecer Chala, al ser consultado sobre su inspiración de estar en este caminar, dice. “es un llamado que dios nos ha hecho, cuando llegaron la hermanas Combonianas nos convidaron y ellas fueron las promotoras de ponernos en el camino de la evangelización.
El diálogo fluye y don Eliecer, recalca que ellos ya eran parte de la iglesia por que monseñor Luis Oswaldo Pérez que en ese entonces era obispo de Ibarra, les puso en este rumbo y “el propio monseñor al ver que no podía cubrir la zona del Valle del Chota invito a las hermanas Combonianas en el año 1988 y llegaron a esta comunidad y luego se expandieron hasta Carpuela.
Surge otra inquietud para los esposos Hilda y Eliecer, ¿qué ha significado en sus vidas esta experiencia misionera? La respuesta es de mucho compromiso y responsabilidad, mencionan que a lo largo de este caminar han conocido a muchas personas no solo en el Ecuador sino fuera de ella, donde han compartido la palabra de dios y nuestras costumbres. Agregan que como familia y como pareja han podido a través de las misiones transmitir las vivencias de familia.
Al finalizar el diálogo con los esposos misioneros Lara – Chala se despiden con un mensaje que es de suma importancia tener presente cuando se inicie la vida misionera y son tres palabras simbólicas: Riesgo, audacia y determinación, tres realidades para hacer misiones y transmitir con testimonio de vida el mensaje.
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