El viernes de madrugada partían de la ciudad de Puyo dos autobuses llenos de jóvenes con destino a la ciudad de Lago Agrio, para unirse a otros jóvenes de las provincias Amazónicas que se reunían en el Vicariato Apostólico de S. Miguel de Sucumbíos.
El lema que les unia era “misricordiosos como el Padre”allí llegaron mas de 620 jovenes de las provincias de Pastaza, Napo, Orellana, y Lago-Agrio . Donde compartieron y celebraron su fe, donde hicieron misión puerta a puerta como testigos de la misericordia de Dios ,donde reflexionaron a través de las catequesis que recibieron en las parroquias, donde compartieron con las familias que les acogieron en sus casas.
Alli cantaron y bailaron para alabar a Dios y agradecerle por la juventud de la Iglesia católica que quiere anunciar la alegre noticia de Jesús misionero y rostro vivo de la misericordia de Dios..
El coliseo del Colegio fisco misional Pacifico Zambranos fue el escenario de sus encuentros masivos del evento.
Allí también junto con los asesores estuvieron presentes el Obispo de Sucumbios, de Aguarico y de Puyo.Mons. Celmo, Mons. Jesús Esteban, y Mons Rafael
Junto con el Obispo Mons Rafael Cob viajaron también el P. Servilio , coordinador de la Pastoral Juvenil del VAP junto con el P. Chava coordinador del área pastoral ,JUVOMICAFA.
El sábado el Sr. Obispo de Puyo presidio la Eucaristia y dirigio la Charla a los jóvenes en la parroquia de la Loma, invitando a ser una Iglesia en salida misionera, para llevar la misericordia de Dios a tantos hermanos que necesitan y esperan ver la misericordia divina. Les invito a escuchar la llamada de Jesús, a ser sus discípulos misioneros, lo que exige tomar la cruz de cada día y seguirle. No basta escuchar a Dios hay que hacer y cumplir la misión para la que nos llama. Después fueron enviados a realizar la misión por los barrios.
Una iniciativa digna de felicitar a la pastoral juvenil Amazónica. Sigamos apostando por la juventud católica en nuestras parroquias animemos a otros jóvenes a que participen en nuestros grupos juveniles, a no deambular por las calles sin saber que hacer ni a donde ir, Jesus les llama y les espera con la misión que cumplir. Volvieron alegres y contentos con una experiencia de vida que nunca olvidaran.
Por. Mons. Rafael Cob
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