Las pastorales de Movilidad Humana, (MH), de Ecuador y Perú y Catholic Relief Services (CRS), se encontraron para intercambiar experiencias sobre movilidad humana enfocada al tema de la trata y tráfico de personas, visita que se realizó del 7 al 11 de septiembre al vecino país hermano.
Chulucanas, Chiclayo y Trujillo fueron las ciudades que se visitaron para conocer la práctica que vienen ejecutando frente a la prevención de este tema, a la cual el papa Francisco lo cataloga como la esclavitud el siglo XXI.
Las delegaciones de las Pastorales de MH de Loja, Zamora y Huaquillas, participaron de esta visita y experiencia, que dejo mucho aprendizaje y el compromiso de trabajar por parte de cada una de los agentes de pastoral que acompañan la labor de la iglesia en cada una de las localidades donde están.
La Diócesis de Chulucanas, cuyo obispo es Monseñor Daniel Turley, se ocupa de la prevención de la trata y tráfico de personas. Mantuvimos una conversación con monseñor quien manifestó que este tema lo empezaron a tratar desde hace unos 8 años. Desde un inició la tarea ha sido la concientización con la población, para que se visibilice este tema.
“Como movilidad humana en el Perú en la conferencia episcopal lo hemos empezado sobre todo a partir del 2008 ya tenemos varios años trabajando en el tema, ha sido difícil concientizar a las personas, gracias a dios desde esa fecha cada día hay más conciencia y conocimiento en el pueblo de este problema muy grave que va contra la dignidad de las personas y nos interesa estar al servicio de este problemática que se llama la trata de personas”.
La tarea ha sido muy lenta y bastante firme, no hemos tirado la toalla como se dice acá, hemos persistido y perseverado en esta pastoral, y ahora acá en el Perú está la red Kawsay que es una red de las comunidades religiosas que han puesto mucho interés y ayudado a los jóvenes a tomar mayor conciencia de esta problemática de la trata y tráfico de personas», menciona Mons. Turley.
Otra experiencia de trabajo que se conoció fue la de ciudad de Chiclayo, donde la congregación religiosa de las hermanas Adoratrices que tienen una casa de acogida para las chicas que han víctimas de la explotación sexual y trata.
Los primeros acercamientos que se dan con las chicas que se encuentran atrapadas en las redes de explotación sexual es todo un proceso nos dice la hermana Patricia Ramírez Ruíz, quien cuenta: “este contacto se lo hace en compañía de una promotora de salud, se visitan las periferias de la ciudad, bares clandestinos, prostíbulos indigentes y se hace este primer contacto, se les invita a ser parte de los diferentes cursos de capacitación que se realiza en la casa de acogida y empieza la etapa de formación.
Se imparten talleres de corte y confección computación, y cosmetología. Además de los cursos, también se les ofrece una guardería para que las madres solteras vayan con tranquilidad a estudiar.
Otra experiencia que se logró visitar fue la de la ciudad de Trujillo, ahí se encuentran las hermanas de la congregación denominada Redentoras, quienes trabajan el tema de la trata y tráfico de personas desde hace varias años.
Conversamos con la hermana Elizabeth Rita Mereo, quien es de origen italiano y está al frente de la casa de acogida, ellas dice: “desde hace 14 años venimos trabajando en el tema trata, no es un fenómeno nuevo es antiguo que no tiene mucha visibilidad y ahora se torna mucho más visible, gracias al trabajo de la pastoral de movilidad humanas, la red Kawsay, una red de religiosas.
“Nosotros trabajamos en zonas donde podemos encontrar posibles víctimas, en los grandes mercados, en bares donde miles de niñas adolescentes son captadas con la promesa de un trabajo, de manera especial en las vacaciones para poder comprar sus útiles, son captadas con la promesa de un trabajo en un restaurante, son llevadas explotadas sea laboral y sexualmente.
“Para ir en rescate de las víctimas, nosotros vamos a los bares para tener contacto con las chicas y poder acoger a niñas adolescentes y mujeres que se encuentran en situación difícil y las llevamos a la casa de acogida y empezar la recuperación de las niñas, adolescentes y mujeres, también hemos ayudado a niños adolescentes varones que son captados en la minas informales, algunos han conseguido huir y ha sido posible ayudarlos a volver con sus familias, son personas indígenas que son captadas dentro de su propia casa, amigos y conocidos que los han ido a visitar.
La casa de acogida cuenta con profesionales como: médico, enfermera, psicóloga, pedagogo, arquitecto, abogado, voluntarios y estudiantes del último ciclo de derecho quienes apoyan el trabajo. Nosotros trabajamos en equipo interinstitucional de lucha contra la trata y el tráfico ilícito contra migrantes, así mismo con la parroquia, grupos de la sociedad civil, colegios de la periferia, hacemos varias actividades con proyecciones y formamos agentes multiplicadores de jóvenes para que repliquen los mensajes”.
Queremos compartir el mensaje que dio Mons. Daniel Turley, Obispo de la Diócesis de Chulucanas, envió un mensaje a todos los obispos y agentes de pastoral de Ecuador para unirse y atacar este problema que va contra la dignidad de las personas: “Nuestro señor derramó hasta la última gota de sangre preciosa por salvarnos y hora que como iglesia, sacerdotes, religiosos y laicos nos preocupemos para ayudar a nuestros jóvenes y la población más vulnerable para que no caiga en esta nueva esclavitud de este nuevo milenio”.
Esta gira se constituyó en un aprendizaje de conocimientos y experiencia para los agentes de pastoral que conocieron del trabajo en trata de personas en la frontera norte de Perú.
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