El concepto de refugiado climático aún no está consignado en la Convención de Ginebra, pero ya hay casos en los que el cambio climático ha obligado a muchas personas a abandonar sus hogares y buscar refugio. Si no detenemos el calentamiento global, el número de refugiados climáticos aumentará, pudiendo alcanzar a más de 200 millones de personas en pocos años más. ¿En dónde encontrarán acogida?
Los terremotos, las sequías, los ciclones, las inundaciones, los temporales y otros fenómenos originados por el cambio climático serán causa de desplazamientos forzados similares en cantidad de personas a las que hoy generan las guerras y las persecuciones. Ahondemos un poco en el tema de Movilidad Humana para luego relacionarlo con el cambio climático.
Basándonos en los datos proporcionados por ACNUR, el 2014 marcó record histórico, registrando a 59.5 millones de personas como desplazadas forzosamente en el mundo. Sólo en ese año 2014 se registraron 8.3 millones de personas que huyeron de las guerras y persecuciones alrededor de la Tierra; algo así no sucedía desde la II Guerra Mundial.
Los datos de ACNUR se dividen en las siguientes condiciones: “Los registros actuales confirman 14,4 millones bajo el mandato del ACNUR y 5,1 millones registrados por el UNRWA; hay aproximadamente 38,2 millones desplazados internos y son más de 1,8 millones de solicitantes de asilo”.
“Siria es el país que a nivel mundial ha generado el mayor número tanto de desplazados internos (7,6 millones), como de refugiados (3,88 millones al final de 2014). Afganistán (2,59 millones) y Somalia (1,1 millones) son los siguientes países que generan más refugiados. Las regiones en desarrollo acogen al 86% de los refugiados del mundo: 12,4 millones de personas, el valor más elevado desde hace más de dos decenios”
La gran mayoría de estos casi 60 millones de seres humanos huyen de la violencia generada por el mismo ser humano. Factores políticos, religiosos, económicos o raciales son causas humanas para desplazar forzadamente a decenas de millones de personas. Y el calentamiento global también es causado por el ser humano.
¿Cuál es la realidad actual de los refugiados ambientales? Los primeros datos aparecen en 1995 y estiman que alrededor de 25 millones de personas se consideraban en esta situación de refugio debido a razones medioambientales como sequía, degradación del suelo, contaminación de fuentes hídricas, inundaciones y otros fenómenos de carácter climático y ambiental. En este año se proyecta que el desplazamiento por razones ambientales generará una cantidad de personas mayor que las refugiadas por las guerras y persecuciones de índole político, económico, religioso o racial.
Ya en el 2005 es la ONU quien advierte a la comunidad internacional que debe estar preparada para atender en el 2010 a 50 millones de refugiados ambientales. No poseemos datos que puedan confirmar o negar esta proyección. El mismo documento nos alerta, proyectando para el 2050 una cifra que impresiona: pueden ser para ese entonces más de 200 millones de personas desplazadas por el cambio climático.
En los EE.UU., el gobierno va a tener que reubicar a toda la comunidad indígena Bayous, que habitan desde siglos atrás la isla Jean Charles, en la costa sur de Luisiana, en pleno Golfo de México. Hoy, el nivel de las casas de esta comunidad está medio metro por debajo de las aguas fluviales y la inundación de casas y calles hace imposible la vida en este lugar; en unas décadas, la isla ha perdido 75 kilómetros cuadrados de su extensión anterior; la comunidad culpa a la industria del gas y el petróleo por las devastadoras inundaciones.
Esta reubicación cuesta casi US$ 50 millones y, en enero de este año, el gobierno de los EE. UU. destinó un billón de dólares para que 13 estados construyan diques, sistemas de drenaje y presas más fuertes.
En otro lado del mundo, en la islas Maldivas, ubicadas en el Océano Índico, las aguas suben su nivel cuatro veces más rápido que en el resto del Océano y los ciclones son cada vez más violentos. Hay seis pequeñas naciones en las islas del Pacífico que sufren ya los efectos del cambio climático; antes eran paraísos turísticos.
¿Son los desplazados medioambientales una realidad que quiere ser ignorada por la comunidad internacional? Sí. Como católicos, como habitantes de una Casa Común, debemos tener en consideración esta inminente amenaza. Acoger, albergar, dar hospitalidad a esta masa de desplazados es un deber moral. Pero más urgente aún es enfrentar las causas humanas del calentamiento global.
El cambio es necesario y tiene que ser individual, comunitario y global: “Todo está conectado”. Tenemos que asumir ya prácticas ecológicas, cambiar el modelo consumista y despilfarrador actual. Debemos presionar a las autoridades locales y regionales para que legislen en pro del medio ambiente. Aún es tiempo, y esta es misión de todas y todos. También es nuestro deber, como católicos del mundo, abrir nuestros corazones para socorrer a quienes, próximamente, sean víctimas del cambio climático.
(Imágenes: blog.gesternova.com y www.abc.es)
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