Hace un año, el P. José Luis Caravias nos visitó con el fin de participar en Talleres sobre el Apocalipsis y la ecoteologìa. En esa ocasión, hablamos con él y nos advirtió en forma reiterada sobre el DISCURSO. “Todos los discursos tienen una intención; pero lo más grave es que detrás del discurso está el PRODUCTO. Hoy, el discurso unánime es: ¡CONSUME¡” (el verbo, conjugado en imperativo). Este artículo de “Las 2 orillas” escrito por Leonardo Chacón, ahonda en la crítica que hace José Luis sobre el papel de los medios de comunicación en este mundo consumista.
Aunque los medios sostienen que la información que generan es imparcial, veraz, objetiva, transparente, analítica y multiangular, la realidad es otra: “En todos los medios de comunicación, SIN EXCEPCIÓN, hay sesgo, intencionalidad, subjetividad y ocultación. La propia ideología, es que tiene dentro de sí cada una de nosotras/os, puede o no coincidir con las “ideologías colectivas”, plantea de entrada Chacón.
Todas y todos estamos expuestos a los medios de comunicación, que “… en su mayoría (…) pertenecen a unos cuantos colosos económicos. Por tal motivo, la información que difunden, por obvias razones, nunca irá en contravía a sus propósitos ideológicos y/o corporativos. Ya hay un gran sesgo: los intereses de los dueños permearán en la información publicada”.
Los medios actúan bajo las reglas del simulacro y del disimulo, enmascarando u ocultando la verdad, según sus conveniencias. Son incontables los casos de medios de comunicación que pasan de la oposición al oficialismo, según convenga a sus propietarios. Cada vez está más lejos la verdad como objetivo prioritario de las noticias con las que describen la realidad los medios de comunicación.
El autor de este artículo va más lejos: la verdad no es el tema, ni tampoco la realidad tal cual es: los medios representan la realidad, un planteamiento que han venido exponiendo desde hace más de dos décadas los filósofos postmodernistas. Y viene lo peor: “La inmensa mayoría de nosotros, pasamos desapercibidos esos aspectos soterrados y terminamos persuadidos con ciertos lineamientos, opiniones e ideologías que repetimos como loras. Nos convertimos en partidarios del discurso que pregonan; discurso que respalda y legitima a ciertos grupos de poder político-económico y establece lo políticamente correcto e incorrecto en un momento y contexto dado”, explica Chacón en su artículo.
En el análisis de Chacón sobre los medios de comunicación, el comunicador reconoce dos discursos antagónicos: el “occidental”, que defiende la “democracia”, la “libertad”, el “mercado y la “institucionalidad”; en este campo podemos nombrar a casi todos los medios “tradicionales”, tipo CNN, que “… funcionan bajo criterios de negocios, por lo que no son muy ajenos a las lógicas de producción industrial: elaboran un “producto” más atractivo que la competencia y en enormes cantidades, después lo lanzan a un potencial “mercado” esperando un “consumo” instantáneo, permanente y creciente.
El otro tipo de discurso, opuesto al “occidental” no es bautizado por el columnista Chacón, pero es “antiimperialista”, de “izquierda” y muchas veces está financiado por gobiernos progresistas, pero no tiene suficiente subjetividad: también obedece a intereses políticos definidos, como es el caso de TeleSUR.
Así las cosas, los medios de comunicación “están muy lejos de formar o reflejar la opinión pública; más bien “… implantan una opinión al público. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Quedarnos al margen de la imposición discursiva de los medios? No estaría tan mal, con tal de tener un poco de paz mental. Pero con lo acelerado que es el entorno actual, eso es prácticamente imposible”.
El artículo refleja fielmente el pensamiento de nuestro querido José Luis. Nosotros, que conocemos al P. Caravias desde hace varios años, sabemos que su advertencia apunta directamente a no dejarnos manipular, a no repetir discursos como loras, a tener criterio propio, a poseer y defender nuestras opiniones aunque vayan en contra de la gran fuerza mediática. Lejos están los medios de la verdad. Y, en cuanto al poder, ya no es hora de cumplir con el mandato periodístico de “No ser amigos del poder, sino vigilarlo”.
José Luis, vamos caminando, tratando de no repetir como loras, plenamente conscientes de que, detrás de los discursos mediáticos está la consigna “comunicativa” de hoy: “CONSUME; aquí está, servido para ti, el PRODUCTO”.
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