Tres semanas antes del Día de Difuntos, se llevó a cabo el II Congreso Internacional de Cuidados Paliativos. Este evento, organizado por la Fundación Ecuatoriana de Cuidados Paliativos (FECUPAL) y el Hospice San Camilo, bajo la dirección del P. Alberto Redaelli, contó con la participación de expertas/os de México, Costa Rica, Colombia, Brasil, España y Ecuador. Existe un temor general hacia la muerte, pero es ineludible. Y quienes se dedican a los cuidados paliativos se encargan de la dura misión de dar dignidad y compañía a este inexorable paso a la otra vida.
El Congreso fue un éxito. Superando las expectativas, contó con más de 400 personas inscritas, entre médicos, estudiantes, fisioterapistas, enfermeras/os, administradores de salud y otras personas que trabajan en el campo de la medicina aplicada a quienes están por concluir su paso en esta tierra. La excelente asistencia al Congreso es, para sus mentores, una muestra del interés que se está despertando en el país por prestar un buen servicio en cuidados paliativos.
Ecuador y América Latina tienen déficit en este tema; si algo quedó muy pero muy claro a todas las personas que asistieron al congreso es que los cuidados paliativos son un derecho, y como tal se enfocan y asumen.
La bioética , enfoque macro de todo lo que tiene que ver con cuidados paliativos, se remonta a Hipócrates (460-370 a.C.), y mucho de lo que enuncia el galeno griego en su juramento hipocrático está directamente relacionado con la bioética.
El pensamiento escolástico (mediados del siglo XII a mediados del siglo XV y pilar de la actual doctrina cristiana) asumió el pensamiento bioético al pie de la letra, anticipándose varios siglos a la actual defensa de la vida basada en razones éticas.
La variedad y profundidad de los temas abordados en el II Congreso fue uno de los muchos aciertos de los organizadores. ¿Cómo ayudar a bien morir a una persona adulta? Si esto es duro, más duro aún es tratar de consolar a los familiares que acaban de perder a una niña/o y el “hola” va unido al “adiós”.
Recordamos aquí las sabias palabras del Nobel mexicano Octavio Paz: “Nos enseñan más a morir que a vivir, y nos enseñan mal”. Este Congreso fue precisamente un buen aprendizaje para acompañar al buen morir.
Desde la Pastoral de la Salud de Cáritas, cuya responsable es la Hna. Ruth Segarra, agradecemos este tipo de eventos que apuntan a mejorar las condiciones de quienes ya dejan esta existencia y se preparan para la vida eterna. El pensamiento cristiano siempre será misericordioso con quienes sufren de enfermedades o deterioros físicos y mentales que la ciencia de hoy no puede curar.
Gracias FECUPAL por enseñarnos y darnos a entender que cuando estamos con alguien que enfrenta la muerte, lo único cierto que podemos decirle es “Contigo hasta el final”.
1 Comment
H. Ruth Segarra O
10/11/2015
Alfonso:
Felicitaciones buen trabajo ADELANTE
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