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Se llama William Noe, es un jesuita joven norteamericano y trabaja en la parroquia de El Sagrado Corazón de Jesús, en una ciudad del estado de Virginia, al suroccidente de los EE.UU. El 90% de sus fieles son de origen hispano. En entrevista con otro jesuita, el P. Guillermo Ortiz, este sacerdote que habla casi  perfecto el castellano hace interesantes revelaciones sobre la vida religiosa y la espiritualidad de nuestra gente migrante en los EE. UU. 

“En USA hay gran cantidad de hispanos, y en mi Estado hay muchas radios que transmiten en los dos idiomas. El 90% de la gente de mi parroquia es de origen mexicano, pero al lado hay otra parroquia con mayoría salvadoreña. Si no fuera por los hispanos, ya abrían cerrado muchas iglesias en EE. UU”.

“Mi parroquia la hicieron obreros y trabajadoras que sentían la necesidad de tener algo suyo en tierra ajena, y es la Iglesia la que les da comunidad, comodidad, confianza; tienen los mismos riesgo (problemas con documentos, por ejemplo). En la parroquia comparten, ganan identidad, se comprenden y comunican. Luego de la Eucaristía se quedan a conversar, felices”.

“Las y los cristianos de USA tienen más devoción que los protestantes. Los protestantes tienen su guarda su fe para el culto y el hogar, pero no la sacan afuera. Los cristianos sí, y le brindan más fidelidad al clero que al pastor protestante. La Iglesia es una forma de orientarse para los cristianos migrantes en USA, que viven en un mundo diferente al suyo, al que dejaron en su patria”.

Para del P. Noe, los migrantes latinos viven un choque cultural: “Por ejemplo, la hija de una señora se fue a vivir sola. Para la madre fue una tragedia, pera la hija una liberación; son dos culturas que piensan diferente. También hay problemas que no me esperaba: en la catequesis, las niñas y niños quieren que yo les hable en inglés, no en español; pero en su casa, sus padres hablan de valores en castellano”.

El P. William habla español porque estuvo dos años en Bolivia: olvidó el castellano estudiado en los libros y aprendió el español del pueblo: “Antes hablaba un español que no comunicaba nada. Ahora hablo el español del “Santo Pueblo de Dios”, como dice el Papa”, cuenta el sacerdote, que fue profesor de un colegio técnico en Oruro, a más de 3000 metros de altura; dice que la gente de Oruro es el pueblo más generoso y cariñoso del mundo.

Como párroco de El Sagrado Corazón de Jesús, el P. Noe hace una metáfora muy interesante al respecto: “Siempre deben haber dos corazones: el de Jesús y el mío o el tuyo, el del pueblo, que se nutre de la fuerza del Corazón de Jesús”.

“Hay problemas de comunicación en las familias migrantes. Tienen un idioma para hablar y otro para pensar y rezar. Yo trabajo en eso. Ya viene el Sínodo Regular de la Familia, en octubre de este año. Muchas personas tienen un gran respeto por la disciplina de la Iglesia, sobre todo en cuanto a matrimonio. Bastante gente está separada o han reiniciado relaciones con otra pareja, y se sienten excluidos”.

“Me especialicé en espiritualidad porque la vida espiritual marca a la persona. Me meto, con respeto y delicadeza, en ese momento espiritual en el que la persona cree en Dios. De allí parto y en esto trabajo con mis fieles».

Otro tema muy interesante de esta entrevista es la opinión del P. Noe sobre la visita del papa Francisco a los EE.UU. «La gente latina, mis parroquianos, perciben al Papa como a uno de los suyos, un hombre sencillo que los acompaña y comprende, alguien que no se impone y no está encima de ellos sino que entiende sus vidas como migrantes.

La entrevista termina con una pregunta del P. Guillermo al P. William: ¿cómo toma el sacerdote norteamericano el apellidarse Noe? La respuesta es una metáfora sabia, que parte de un hombre que quiere al pueblo hispano y trabaja, como Dios manda por esta gente buena que ha sabido vivir en tierra extraña.

Escucha todo el contenido de la entrevista

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