Liderando a su pueblo, Ruth Zenaida Buendía Mestoquiani detuvo una represa que pudo haber logrado lo que el conflicto armado interno peruano no alcanzó a hacer: exterminar a su pueblo Asháninka, la cultura amazónica más numerosa de Perú. La represa, vital para el “progreso”, era letal para más de 60.000 asháninka –“paisanos”, “pequeño pueblo amigo” –.
Entre 1980 y 2000, Perú vivió una guerra que repercutió cruelmente en las comunidades indígenas amazónicas. Los datos oficiales hablan de 60.000 asháninkas al comienzo del conflicto. Fueron asesinados 6.000 de ellos; 10.000 fueron desplazados, 5.000 vivieron secuestro en condición de cautiverio y entre 30 y 40 comunidades asháninka desaparecieron durante esta guerra.
Terminado el conflicto armado, al retornar los asháninkas tuvieron que enfrentar la construcción de la represa Pakitzapango –“casa del águila, en lengua asháninka–. Un acuerdo gubernamental energético entre Perú y Brasil para construir varias represas hidroeléctricas de gran tamaño incluía una en territorio asháninka. El río Ene, fuente de vida de las comunidades y miles de hectáreas de selva iban a desaparecer. Más de 1.500 familias indígenas se verían obligadas a abandonar sus tierras. Pero apareció el espíritu de la selva encarnado en Ruth Zenaida.
Ruth nació cuando comenzó la guerra política en Perú. Su padre murió asesinado cuando ella cumplió 12 años. Su madre, hermanos, gente de su comunidad y Ruth son forzados a desplazarse. En Lima, Ruth Zenaida, con 14 años, a duras penas hablaba castellano. Tuvo que dejar su trabajo de empleada doméstica debido al acoso ejercido por el dueño de casa. Discriminada, Ruth decidió estudiar y aprender a hablar nuestra lengua.
Capacitándose y trabajando en la pequeña ciudad de Satipo –menos de 10.000 almas–, conoció a un dirigente del CARE (Central Asháninka del Río Ene), que la invitó a regresar a su comunidad para trabajar contra las secuelas de la violencia, la pobreza, el abandono estatal, las invasiones territoriales a manos de colonos con intenciones de sembrar coca y narcotraficar; además, las tierras de su comunidad estaban siendo entregadas a petroleras y a proyectos hidroeléctricos.
En el 2003, Ruth se inserta en su comunidad trabajando con CARE, entidad que comienza a consolidarse. En el 2005 la labor de Ruth Zenaida es reconocido por su comunidad, que la elige Presidenta de una Junta Directiva Transitoria. La nueva Presidenta se encarga de formalizar legalmente a CARE, lo robustece y se dedica a integrar y coordinar a todas las comunidades del río Ene. El mapa de trabajo de Ruth se centró en cuatro ejes: educación, economía, gobernabilidad y territorio.
La comunidad la reeligió para el período 2007-2010, en una Asamblea en la que por vez primera participaron todas las comunidades rivereñas del Ene. La prueba de fuego para esta dirigente se presentó en el 2010. Los gobiernos de Perú y Brasil firmaron un acuerdo energético para construir la represa hidroeléctrica de Pakitzapango. La mayor parte de los beneficios iban a parar a Brasil, y poco o nada recibirían las familias afectadas.
Inmediatamente Ruth, a la cabeza de CARE, comenzó una campaña de concientización de las comunidades asháninkas, advirtiéndoles de los peligros que conllevaría la inundación del valle de su río Ene. Se fue consolidando la unión comunitaria, se demandó el proyecto hidroeléctrico ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y se movilizó a la opinión pública.
La reacción comunitaria organizada dio resultados: en diciembre del 2010, el Ministerio de Energía y Minas del Perú echó marcha atrás; la empresa brasileña constructora Odebrecht hizo lo mismo al año siguiente, considerando que tenía que respetar la opinión de las comunidades locales.
Además de la acertada organización y de los movimientos unidos de la comunidad, el hecho de no haber consultado previamente a las comunidades afectadas fue el argumento más importante que presentaron los asháninkas, con Ruth Zenaida liderando la defensa territorial.
“No podemos permitir que se construya una hidroeléctrica con Brasil sin consultar a los pueblos que habitan esos lugares y sin respetar nuestra integridad. Desarrollo es tener escuelas con buenos maestros, postas médicas, títulos de propiedad, facilidades para comercializar nuestros productos y eso nos falta” manifiesta Ruth, como colorario a esta experiencia de defensa comunitaria.
Ruth acaba de obtener el Premio Ambiental Goldman, considerado el reconocimiento más importante, a nivel mundial, a quienes “dedican sus esfuerzos a la protección de los ecosistemas y especies en peligro, combatir proyectos destructivos de desarrollo, promover la sostenibilidad medioambiental, influir en la elaboración de normas protectoras del medio ambiente y luchar por la justicia ecológica”.
Ruth Zenaida sigue siendo la Presidenta de CARE: fue reelegida para un nuevo período, entre el 2013 y el 2016.Es positivo el ejemplo de superación y trabajo de Ruth. Ella encarna ese espíritu de la selva, ancestral, digno y valiente. Ruth fue escogida por la selva para ser su custodia, para hacer la guardianía de la Obra de Dios. De igual manera, es digno de imitar ese trabajar comunitario unido, que supera dificultades y complejos, que une a familias hermanas en pro de sus derechos.
Hoy, con la Encíclica papal Alabado seas ya publicada, brilla más el ejemplo de esta sencilla mujer que, superando grandes dificultades, encontró el camino para unir a su comunidad en una justa lucha contra el dios dinero, defendiendo la creación, batallando por su territorio y haciendo respetar el derecho de los pueblos amazónicos a tener un desarrollo humano verdadero. Desde la REPAM ofrecemos un testimonio que debe ser interpretado como un ejemplo a seguir.
Foto: www.goldmanprize.org
6 Comments
angela
03/07/2015
Muy buen artículo, admirable y motivante la labor de ruth
Jorge Roberto Obando Rodriguez
03/07/2015
Es un acto de justicia destacar a una mujer que fue consiente y consecuente en asumir una posición valerosa para defender a su comunidad en una cultura que no ve con buenos ojos que las mujeres asuman una posición política y la defiendan con argumentos. Me gustó el articulo pues no conocía lo que en él se narra
Giorgianni Parraguez
03/07/2015
excelente artículo, Ruth debe ser un ejemplo a seguir por ser mujer perseverante en defender los derechos colectivos de las comunidades que en muchas oportunidades son olvidados por las negociaciones de las naciones .
María del mar
03/07/2015
Muy buen artículo que destaca la lucha sana de una mujer.
Carlos M. Sánchez
03/07/2015
Increíble labor, increíble mujer. Es una destacada persona con una meta clara y es ser un líder íntegro para apoyar una comunidad golpeada.
Como todas las mujeres… Admirable
Jorgito Tinchala Masi
04/07/2015
A veces pasamos periodos enteros de nuestras vidas haciendo nada… Estas historias de la vida de grandes representantes de nuestra raza humana son las que necesitamos oir y sentir para que nos recuerden lo que es VIVIR realmente. Un texto inspirador y emocionante.
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