San Antonio de UNASUR

Hartos novios ha tenido San Antonio, y  sigue de cabeza. A pesar de su edad, San Antonio tiene un nuevo romance. A las claras, la poligamia de esta dizque “parroquia rural” no le ha hecho mucho bien que digamos. Novios buenos y malos ha tenido este “pueblo” del norte de Quito, el “pueblo” de la Mitad del Mundo.

Comencemos por el Concejo Provincial de Pichincha (CPP): serán tan novios, que ahí tiene el CPP la empresa turística más visitada de Ecuador: la Ciudad Mitad del Mundo. Este novio ha aprovechado el turismo pero poco le ha dado a la Parroquia, a la población de San Antonio.

Novio suyo también ha sido la cantera, la “minería artesanal”. Novio muy nocivo, pero produce tanta plata, que sigue envenenándonos con el sílice y no hay quien lo pare. Este novio de piedra le trae problemas a todo el medio ambiente de nuestra parroquia: sus  60.000 habitantes somos invadidos por constantes nubes de polvo que generan los vientos equinocciales al pasar por las más de 50 canteras de la zona, la mayoría de ellas trabajando en forma irregular.

Hay más novios en esta historia: La Condamine, Godin, Bouger, Ulloa, Jorge Juan y Pedro Vicente Maldonado, hace fú, como a principios de 1830. Este novio se llamó la Misión Geodésica, pero de eso poco o nada sabemos los del pueblo. Bolívar también pasó por aquí y tuvo su idilio con el pueblo de ese entonces, que le rindió apoyo. Tres veces pasó por aquí el Libertador, y aún seguimos de cabeza.

Otros novios más hay en su lista, pero hay uno que nunca ha podido enamorarse de esta parroquia: su propio pueblo. No nos juntamos ni organizamos para trabajar por ella. Siempre paternalistas, esperamos que algún novio nos ayude a salir de tantos problemas que tenemos: el polvero y las canteras, la suciedad, el transporte; las veredas de la 13 de Junio y la flamante Avenida Equinoccial están llenas de ventas ambulantes de todo tipo de productos. Hay inseguridad, mucho borracho, también droga. Además, somos lo que los sociólogos llaman una “ciudad dormitorio” y casi nadie se preocupa por San Antonio. Allí no existe sentido y acción de comunidad.

¿Del nuevo novio qué decir? UNASUR, Unión de Naciones Suramericanas. Más de 400 millones de personas, la tercera parte de agua dulce del planeta, el primer productor mundial de alimentos. Doce naciones católicas unidas bajo esta nueva bandera regional. Una sede arquitectónicamente futurista, obras por más de 40 millones de dólares. Un monumento a Manuelita, un boulevar –es más popular decir “paseo”- por terminar. ¿Es UNASUR  la Casa Patria Grande, es la Casa de América del Sur?

Para el Gobierno, UNASUR encarna el sueño de Bolívar y otros próceres de la Región. En esas doce naciones hay dos tendencias, una neoliberal, la otra de centroizquierda. Para su actual Secretario General, -el expresidente bogotano Dr. Ernesto Samper Pizano- lo que prima es la integración: o nos unimos o nos traga la crisis mundial. Una integración que trascienda lo económico y derrumbe fronteras obsoletas.

El nuevo novio trae en su discurso ideales nobles, propuestas nuevas, algunas de ellas compartidas por Cáritas: “paz, solidaridad, equidad, justicia, soberanía y buen vivir” son palabras del Presidente Correa. Según el gobierno, la sede recién inaugurada nos da identidad y consolida la unión de la Región.

Todo indica que UNASUR implica integración negocios integrados  Sur-Sur,  liderados por Brasil, y negociando en bloque. Necesitamos crecer e ir al gran nuevo mercado: China, Rusia e India, pero en son de intercambio, no como lo hace el Norte, con Alemania a la cabeza. El modelo neocolonial comienza a  fracasar en Suramérica. Debemos aumentar el mercado interno. En lo social, es reconocido el avance contra la pobreza.

Con UNASUR tendremos un Banco Internacional que nos libera del FMI; de ser exitoso, como lo pintan, pronto pasaremos a prestar, no a deber. Venceremos la dependencia y alcanzaremos autonomía económica. Hay un nuevo modelo de liderazgo en América del Sur, y se consolida la democracia gracias a la unión de estas naciones. Correa advierte que hay que enfrentar la “restauración conservadora”.

Samper Pizano aboga por una paz definitiva en Colombia. Mujica y la humildad hacen trizas el protocolo y la maquinaria que protege a quienes nos gobiernan. UNASUR es compleja, pero genera esperanzas.

Con un tercio del agua dulce de la Tierra, y tenemos comunidades sin acceso al agua. Primer productor mundial de alimentos, y tenemos personas malnutridas y hambrientas. La UNASUR predica el acceso a derechos e igualdad de oportunidades. Seremos verdaderamente libres cuando alcancemos la justicia social. No debemos seguir dependiendo de nuestros recursos naturales, cultivemos y explotemos el talento humano y demos valor agregado a nuestros productos naturales.

UNASUR sueña con la Patria Grande, con una ciudadanía suramericana, con un pasaporte suramericano que permita el tránsito libre, el trabajar en cualquiera de sus 12 países y el recibir atención en salud y educación para quienes migren. Hay proyectos de largo aliento en protección jurídica. Como profetizo Alfaro, “… en la demora está el peligro”: tenemos que avanzar, y para esto está este lugar de encuentro. Que no siga siendo cierta la sentencia de Hugo Chávez: “Nuestros pueblos en el abismo, y nosotros, sus gobernantes, en puras Cumbres”.

La Agenda de este nuevo novio de San Antonio tiene tres ejes fundamentales: en lo social, inclusión, inclusión e inclusión: inversión social en la población marginada creada por los modelos neoliberales. En lo económico, ser competitivos: somos ricos, pero debemos darle valor agregado a nuestros recursos naturales. Se habla de no continuar con modelos de extracción. UNASUR busca generar acuerdos en competitividad, ciencia, tecnología y seguridad ciudadana. Considera que el desarrollo tiene que ser integral y solidario, poniendo por sobre lo económico la dignidad humana.

En lo político, UNASUR se compromete a perseverar en la democracia a través de la inversión social y la vigilancia del sistema electoral en todos sus países. “Convivamos con otras regiones. Aprendamos a superar nuestras diferencias internas para ser una sola región”, pregonan los representantes de esta renovada unión. Este nuevo enamorado viene con tres principios fundamentales que permean todas sus acciones: el Eje de Género, el Eje de los Derechos Humanos y el Eje del Medio Ambiente. .

 En lo relacionado con la conservación de los recursos naturales. Para las y los ecuatorianas/os, lo que sucede en la Amazonía es una muestra de la contradicción del estado ecuatoriano: que se dice conservar y se obra explotando. En esta misma línea, la Red Eclesial Pan Amazónica ha cuestionado documentadamente la propuesta de desarrollo de IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana): es peligrosa para el medio ambiente y, sobre todo, excluyente, invasiva y agresiva con los pueblos ancestrales que habitan la Amazonía.

Es cierto que debemos salir de la miseria en que nos ha sumido el neoliberalismo. Cierto es también que debemos integrarnos y fortalecernos al construir un grupo regional fuerte, que negocie de igual a igual, no en condiciones neocoloniales. Cierto es también que la educación es el pilar de cualquier desarrollo que se quiera alcanzar. Pero no todo desarrollo es positivo, si se hace a costa de la dignidad de los seres humanos o en detrimento del medio ambiente. No todo lo que necesitamos lo encontraremos solucionando las brechas económicas y la inequidad. No todo se puede hacer a punta de leyes: hay que contar con la voluntad y la conciencia de todas y todos los que hacemos parte de UNASUR.

Regresando a nuestro San Antonio “La Mitad del Mundo”, antes que promesas de obras, necesitamos construir comunidad. Comienza para San Antonio de UNASUR, perdón, de Pichincha, una nueva era con UNASUR: esto depende de nosotras y nosotros. Algo de esperanza e ilusión hay en esta nota. ¿Comenzará también para la Región una nueva era?

Dios quiera que sí, para bien de nuestra Parroquia y de nuestra sufrida Región.

 Fotografía vía cancilleria.gob.ec