V. Ciudades del Milenio
En el año 2000, los líderes mundiales recomendaron estrategias concretas para conseguir las metas de desarrollo del milenio, impulsadas decididamente por Kofi Annam, Secretario General de la ONU. La Iniciativa de las Ciudades del Milenium (ICM) arranca el año 2005 y se centra en 10 ciudades-aldeas del África Subsahariana.
La Iniciativa intentaría demostrar que los 8 objetivos del milenium: erradicación de la pobreza, salud, equidad, desarrollo rural, acceso al agua y salubridad, educación, producción alimentaria y sostenibilidad eran asequibles y alcanzables en 10 años en un contexto urbano-rural (2005-2015).
La Iniciativa mueve millones de dólares y se prevén inversiones en crecida para la promoción del sector rural. Trata de transformar las economías agrarias en empresas y ayudar a comunidades de agricultores en régimen de subsistencia a alcanzar el desarrollo en todos los campos según el modelo occidental. Promueve proyectos económicos de desarrollo sostenible que aseguren que las comunidades que viven en extrema necesidad tengan una rentabilidad real y oportunidades para salir de la trampa de la pobreza.
Actualmente más de 20 países del África subsahariana desarrollan estas Iniciativas de las Ciudades del Milenio, coordinadas por “The Earth Institute at Columbia University” (USA). Se pretende desarrollar modelos para otros países que decidan hacer lo mismo. El proyecto sugiere que la estrategia de desarrollo no solo sea de tipo rural, sino que esté incorporado a un modelo urbano. Se trataría de urbanizar a las poblaciones: “solo la ciudad civiliza a los campesinos e indígenas”, dicen.
En la amazonia ecuatoriana contamos con dos Iniciativas: la Iniciativa de las Ciudades del Milenio y la Iniciativa del Yasuní-ITT. ¿Tienen alguna conexión con la Milenium Cities Initiative (MCI) o es algo propio? Nos lo dice Rafael Flor, asesor ecuatoriano de las Ciudades del Milenio en el «Columbia Earth Institute»: “Actualmente estamos en conversaciones con el Gobierno de Correa y estamos explorando las posibilidades de trabajar conjuntamente con su gobierno, en especial con el proyecto “yachay”. “Hay un aumento en el nivel de la inversión social por parte del Gobierno de Correa. Pero entiendo que todavía hay mucho trabajo por hacer”, dice.
La “Iniciativa Yasuní-ITT” parece estar ligada en la promoción que hace la Secretaría de Hidrocarburos (SHE), con la Iniciativa «Ciudades del Milenium” que el Gobierno ha construido en Playas de Cuyabeno y Pañacocha. En la selva ecuatoriana están construidas las 2 primeras ciudades, de las 200 ciudades del milenio que planifica entregar el Estado con los recursos provenientes del 12% de las actividades petroleras (Telg. 27/12/2013). “Las comunidades tienen como referencia la ciudad del milenio que el gobierno construye en Pañacocha”. “Todas las comunidades están deseosas de que se inicie la explotación para invertir en obras sociales y de desarrollo del talento humano”. ¡Así es la socialización de la consulta previa en nombre de las ciudades del milenio!
Aunque es un detalle “decidor”, a los estrategas de la ubicación de las ciudades del milenio en la amazonia ecuatoriana se les corrió el mapa o no estaban familiarizados con la geografía de la selva. Pensaron que Pañacocha correspondía a la provincia de Orellana y Boca de Cuyabeno a la provincia de Sucumbíos. Coincide que ambas están en la provincia de Sucumbíos.
La “Iniciativa Yasuní-ITT”, que consistía en dejar el petróleo del ITT (Bloque 43) bajo tierra fue todo un fiasco, ya que el 15 de Agosto del 2013 el Sr. Presidente Rafael Correa anunció que se va a permitir la extracción petrolera del bloque Yasuní-ITT, en contra de la iniciativa original que tantas ilusiones y expectativas despertó en Ecuador y en todo el mundo.
“El bloque 43 toma la iniciativa en la explotación del crudo”, anuncia el Ministro de recursos Naturales no Renovables, Pedro Merizalde, al comunicar la conclusión de la “socialización” de la estructura hidrocarburífera en el Cantón Aguarico y añade que “en enero próximo (2014) Petroamazonas inicia los trabajos de ingeniería en el bloque ITT, concretamente en el Campo Tiputini que se encuentra fuera del PNY” para emplear el dinero en iniciativas de desarrollo amazónico y la pobreza no puede esperar. El pozo Tiputini está fuera del Parque Nacional Yasuní, pero dentro de los 10 Km. de amortiguamiento en torno a él en los que está prohibida, de igual manera, todo tipo de explotación. ¡Qué manía la de algunos!
Las actuales ciudades del milenio de la amazonia ecuatoriana nacieron en un solo parto, como dos hermanas gemelas: una a orillas del río Aguarico y la otra a orillas del río Napo. Como en la mitología naporuna, ambas aparecieron adultas. A la hora de nacer no se les bautizó, sino que se las presentó en sociedad vestidas de largo. Por eso las ciudades del milenio no tienen religión, no hay iglesias ni lugares de culto, son ciudades laicas, de carácter emprendedor, economicistas y materialistas que se alimentan de las arcas de “papá Estado”.
Para cuando nos dimos cuenta –un año solamente duró su gestación- las vimos señoritas. Nadie sabía qué hacer con ellas. Percibíamos que no iban a dejarse educar como los niños naporunas. No lloraron ni jugaron con canoas y haciendo casitas de pambil como los bebés indígenas gorditos y alegres, no hablaban la lengua materna, la cultura parecía la de los cholos, sin organización comunitaria ni casa comunal para las reuniones de los comuneros y haciendo gala de una desarrollada chismografía de vecindario. Tampoco tenían el temperamento salvaje de una mascota amansada de la selva.
Tumbando a matarrasa la selva, se preparó para ellas 60 hectáreas de terreno. Todo quedó desolado y la montaña retrocedió varios Km. al interior. Se hizo un gran claro en el bosque: sin árboles, animales, pájaros ni mariposas. Se comunicó cual era el mandato de la ciudad adulta: “desbravar indios y civilizar su entorno selvático”. Todos los dueños de las viviendas han tenido que participar durante el mes de Febrero en varios talleres (4), en los que se entrenaba a los ciudadanos a vivir en la ciudad, cómo manejar y separar la basura, cómo arrancar la hierba de las calles y aceras adoquinadas de colores, cómo ser auténticos pioneros de la revolución ciudadana y otras yerbitas más. Los talleres son obligatorios y al final se les entrega un certificado que les hará aptos para vivir en la ciudad, de lo contrario no podrán acceder al título y serán excluidos.
Cuando la vimos erguida sobre la pequeña colina de Pañacocha, ocupando toda la amplitud y largura de la ya remontada pista de aviación, mostraba sus atributos agresivamente desarrollados hechos para someter y dominar a punta de órdenes como un patrón de los antiguos: oficinas, internados, UPC (Unidad Policial Comunitaria), Coliseo deportivo cubierto, calles adoquinadas, limpias y bien trazadas, centro de salud, generador de energía…
A estas ciudades las engendraron en el exterior y las trajeron aquí como un exótico Cóndor antropófago de la mitología naporuna para intercambiarlo por un chorrito de brea de la selva. No había ninguna lógica en ello, pero a nadie se lo preguntaron. No hubo consulta, ni previa, ni libre, ni informada, ni de buena fe. Todavía no se sabe de qué se trata. Esta vez no hubo ni socialización. Algo así como la creación del mundo: mandó el jefe y la ciudad se hizo y la entregó a los indígenas “con infinito amor”. El 95 % de los naporunas que viven en las riberas del río Napo no la ha visto y dudan de su existencia. Les parece inverosímil. Uno de los pilares de la dominación ejercida sobre las comunidades indígenas y los pobres es el ocultamiento de la información, el analfabetismo de la verdad social y política, la cantinflada y fariseísmo de las clases dirigentes, lo que está sucediendo en realidad y el cúmulo de necesidades inútiles inducidas por la modernidad. Se les comunica cuando está la operación en proceso o terminada.
Cuando los pasajeros de las canoas que hacen el trayecto de 300 kms., de Coca a Nuevo Rocafuerte, si, al pasar por Pañacocha, levantan de sus asientos la cabeza, contemplan unas pequeñas cúpulas giratorias que sirven para extraer el aire contaminado de las aulas escolares y unos tejados verdes. Nadie va a pasear por la ciudad, pues la canoa se detiene solamente 15 minutos, suficientes para aliviarse en el servicio higiénico y retirar algo de comida para continuar el largo camino que queda todavía. Prosiguen el cansado viaje sin interesarse, preguntar o pedir una explicación.
Achacaspi
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