Aunque los médicos opinan que no es el corazón el órgano en el que reside el amor, y que más bien puede ser el hígado, o el sistema linfático e, inclusive el cerebro quien regula los afectos humanos, nosotros nos quedamos con el corazón como símbolo rector del amor. Así es nuestro emblema de Cáritas Ecuador, un corazón que apunta al centro de nuestro propio ser.
Y es desde este inmenso corazón que enviamos un saludo lleno de amor y cariño a nuestras amigas y amigos, a nuestras compañeras y compañeros de trabajo y, en general, a todo el Ecuador. Que este día sea una verdadera manifestación de ese gran amor que tanto necesitamos.
Será el papa Francisco el primer Pontífice en celebrar oficialmente este día de San Valentín, rescatando para la Iglesia una fiesta de origen netamente religioso que, en los últimos años, ha tendido a comercializarse y perder contexto. Pero Francisco sabe lo que hace: llegar al Corazón Universal, que es el Corazón Divino. Nuestro amor, el que damos y recibimos, es una fracción de ese Inmenso Amor de Él por su Obra.
“Un nuevo mandamiento os dejo: amaos los unos a los otros, como yo os he amado” son las palabras de Jesús. Y Plinio dice: “Dios significa para un mortal ayudar a otro mortal, y ese es el camino de la gloria eterna”. Dos ideas que marcan el camino del verdadero Amor, de ese amor universal que hoy queremos invocar. Cerramos nuestro saludo cariñoso a quienes nos leen, con este profundo verso:
“Mi corazón lo contiene todo.
Una pradera donde pastan las gacelas,
un convento de monjes cristianos,
un templo para ídolos,
la Kaaba del peregrino,
los rollos de la Torah
y el libro del Corán”.
Verso de un sabio filósofo sufí, Ibn Arabi, que nos habla de un corazón inmenso, tan grande como la pradera, tan amplio como para dar albergue a toda manifestación de amor humano. Que el corazón de Cáritas sea así de inmenso, así de amplio, así de capaz de albergar, de incluir, de corazonar con toda la humanidad.
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