La Paz, 28/11/2013.- Hoy continúa el trabajo de reflexión, sacando las lecciones aprendidas que deja el Convenio Aquí y Allá: Migración y Desarrollo, ejecutado en Bolivia, España y Ecuador. Hay muchos resultados positivos pero debemos reconocer también debilidades que deberán ser tomadas en cuenta para futuros proyectos conjuntos.
Se valoró mucho haber trabajado en una estrategia comunicacional para lograr la incidencia y visibilización del Convenio, y así conseguir sensibilizar a la ciudadanía sobre la realidad de movilidad humana aquí, en nuestros países de latinoamérica, y allá, en España.
La experiencia trinacional nos permitió contrastar, por ejemplo, la crisis económica y social española que está provocando el retorno de miles de ecuatorianos y bolivianos a sus países. Pudimos confirmar que la experiencia del retorno de mucha actualidad, nos plantea enormes desafíos. También pudimos revelar la persecución a los migrantes en España, con los pequeños Guantánamos, lugares donde se detienen a los migrantes sin papeles antes de su deportación. También surgieron dimensiones positivas como la integración, adaptación y enriquecimiento que produce la movilidad humana.
Se reconoce que el Convenio ha permitido el fortalecimiento de las estructuras de servicio de las Cáritas nacionales y locales. Se ha amplificado la voz de la Iglesia y sus posiciones sobre la realidad migratoria. Esta voz pública se ha construido en relación de comunicación directa con muchas personas en situación de movilidad humana y en base a un trabajo conjunto para hallar soluciones a las inquietudes y problemas relacionados a la migración.
Durante este jueves, las reflexiones siguen encaminadas a recoger lecciones aprendidas y propuestas que hagan sostenible los procesos emprendidos para la integración de los migrantes en nuestras sociedades.
Se ha subrayado la necesidad de evaluar el impacto de nuestras acciones para saber lo que contribuye a un acompañamiento eficaz a las comunidades. Debemos reflexionar más sobre lo que es auténtico desarrollo humano y como llevar procesos, intentando superar intervencionismo por proyectos. Necesitamos evitar que la atención a las necesarias tareas administrativas nos impida atender a las auténticas necesidades de los seres humanos y de los grupos.
La clave, como siempre, está en las personas. Los medios técnicos y los instrumentos de gestión son necesarios, las programaciones pueden mejorar pero lo esencial es el corazón que los distintos actores ponemos en el trabajo y, sobre todo, en la relación con la gente. Nuestra apuesta es por fortalecer el desarrollo desde un trabajo comunitario. Por eso no compartimos la lógica de eficiencia económica por sí misma. Por eso es tan importante trabajar el tejido social y, específicamente, los equipos de Cáritas.
Hay mucha experiencia rica y enriquecedora en tantas experiencias y actividades de este Convenio. Queremos agradecer a Dios todas esas vivencias y nuevas oportunidades de aprendizajes y relaciones humanas.