Prácticamente desconocido en el mundo católico, el Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, nacido en 1936, acaba de convertirse en el primer Papa latinoamericano y jesuita de la historia de la Iglesia.
Revestido de espontaneidad, naturalidad y muy sereno, el nuevo Obispo de Roma elevó una oración por su antecesor, Benedicto XVI, para que el Señor lo guarde.
Dirigió su saludo a la Iglesia Romana y luego al resto de los fieles católicos en el mundo. “Empezamos un camino entre ustedes y yo, entre yo y ustedes; entre el Obispo y el pueblo de Dios, y lo iremos haciendo juntos”, expresó el Papa Francisco I, luego de orar ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro. Inmediatamente después, impartió la bendición “Urbi et Orbe” (abierta a todo el mundo).El Papa argentino hace el número 266 de los sucesores de Pedro. Fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina en dos ocasiones. Es hijo de un matrimonio italiano, Mario Bergoglio, ferroviario, y Regina, ama de casa. Egresó de la Escuela Industrial E.N.E.T.N Hipólito Yrigoyen, como técnico químico y, a l cumplir 21 años, ingresó al seminario del barrio Villa Devoto como novicio de la orden jesuita, ordenándose como sacerdote en 1969. Durante seis años fue Provincial de la Compañía de Jesús en Argentina. Destaca su trabajo como teólogo y profesor.
En 1992, fue consagrado Obispo Auxiliar de Buenos Aires. En 1997 fue designado Obispo Coadjutor de la capital argentina. Tomó el cargo de Arzobispo de Buenos Aires, el28 de febrero de 1998. El 21 de febrero del 2001, el Papa Juan Pablo II lo designa “Cardenal del Título de San Roberto Belarmino”.
Con actitud valiente, espíritu renovado y enriquecido por la fe, el Santo Padre inicia un camino de esperanza y de fe para nuestro continente, que alberga el 44% de católicos del mundo. Qué Dios guie su camino para el bien de su Pueblo.