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Fortalecer la participación de las mujeres en la sociedad civil y en la provincia de Imbabura, para mejorar la seguridad y el bienestar y la calidad de vida de las mujeres en particular las que están en riesgo y las sobrevivientes de la violencia de género, es el objetivo general que persigue la embajada de Canadá con Cáritas Ibarra y Cáritas Ecuador al ejecutar el proyecto en los cantones de: Ibarra, Pimampiro y Otavalo.

Desde que empezó el proyecto, la participación de las mujeres y de los diversos actores locales ha sido primordial para que se conozca sobre los derechos que tienen las mujeres, las vías de derivación de violencia de género, así como los servicios disponibles que existen para acudir en caso de sufrir violencia.

Los talleres son la base primordial para acercarse y conocer que es la violencia basada en género. Las mujeres que han participado de estas capacitaciones conocen sobre aspectos relevantes de género y derechos de la mujer, temas de sensibilización y habilidades de facilitación.

María Medina, es una mujer migrante venezolana que llego a Ecuador y se quedó a vivir en la ciudad de Ibarra, ella comenta que, como persona en situación de movilidad humana, el contenido de los talleres ha sido muy valioso y el tema deja muchos aprendizajes.

Conozcamos su historia, conversamos con María y le planteamos algunas inquietudes, nos transmitió su sentir. ¿Cuál es su experiencia en participar en este proceso de talleres para la violencia de género y la articulación del trabajo entre mujeres ecuatorianas, venezolanas y colombianas en el cantón Ibarra?

“Quiero agradecer a Cáritas Ecuador que nos apoya a nosotros que estamos en movilidad y que está articulada conla embajada de Canadá. El taller nos fortalece en conocimiento respecto a lo que es violencia y que a veces entendemos que violencia es agresión física y en estos talleres hemos tenido conocimiento de que hay muchas formas de violentar a una persona como son: nuestros derechos, nuestra manera de pensar y actuar. Gracias a los talleres que nos dan nos fortalecen como personas y como mujeres.

Nos ayudan a compartir con otras mujeres lo que es su cultura, sus vivencias y entender que no somos las únicas y podemos articularnos con ellas en diferentes aspectos como: sentimientos, conocimientos y dinámicas incluso en obras de teatro para expresar lo que hemos vivido y sentido en cualquier momento de nuestras vidas

Estos talleres nos permiten inculcar a otras personas y grupos de mujeres que no están en estos talleres, para que tengan el conocimiento de cómo defenderse, actuar, responder, a quien llamar y a quien acudir. Esto nos fortalece mucho a nosotras, es como una mano amiga multiplicar ese trabajo con otras mujeres y en lo personal me llena de mucha satisfacción.

Este taller ha sido de enriquecimiento personal y espiritual, me ha ayudado a crecer y abrirme porque yo como persona me cuesta mucho decir que pienso y que siento, aunque soy joven, en el transcurrir de mi vida he sido muy criticada por lo que pienso, me han dicho no expreses no digas, no hagas. Ahora estoy en camino de compartir y liberarme.

¿Como experimentó estos talleres? ¿Cómo se ha plasmado en su vivir diario?

Han sido bastante crudos estos talleres porque en lo personal fue revivir episodios fuertes, como le decía a una compañera colombiana en estos talleres, se removió el fondo del vaso que pensé que era agua limpia, pero el fondo estaba bastante sucio. Al salir de Venezuela fuimos producto de extorsión, vivimos una violencia psicológica muy dura. Pasar por Colombia viví otro tipo de violencia: llegamos a un hogar aparentemente de una familia de acogida, vivimos una xenofobia muy cruda, mis hijos de 8 y 9 años soportarontrabajos físicos fuerte, los explotaron.

Con estos talleres he vuelto a la vida real y entendí que hemos soportado todo tipo de violencia. Con la experiencia de estos talleres ahora estoy preparada para ayudar a otra persona a donde tiene que acudir donde la pueden proteger, respaldar para que no les ocurra a otras personas, como me paso a .

Para la realización de los talleres ha sido importante también tomar en cuenta a los diferentes actores locales de cada unos de los cantones donde se desarrollan las capacitaciones. Para el presidente de la Junta Parroquial de Ambuqui, Juan Fernando García Delgado, la presencia de Cáritas en el cantón es importante, los talleres son una oportunidad para conocer los diferentes tipos de violencia, “si eso se los hubiese hecho antes, otra sería la realidad en la comunidad. Me encanta este tipo de talleres y sobre todo trabajar con la población migrante y local, vamos apoyar estos talleres ciento por ciento”.

Las diversas formas de maltrato que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para los hombres y para toda la humanidad. No podemos mirar hacia otro lado. Las mujeres víctimas de violencia deben ser protegidas por la sociedad”, Papa Francisco.

CategoryGénero
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