A todas las personas, pueblos y nacionalidades del planeta:
Desde Quito, capital de la República del Ecuador, en ocasión del congreso de Ecología Integral y Amazonía, celebrado en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, nosotras y nosotros, personas de distinto origen y condición, a las puertas del Sínodo Amazónico: Nuevos caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral, del próximo mes de octubre, unidos por la consciencia y el compromiso por el cuidado de la Casa Común, considerando:
- La memoria de los servidores de los pueblos indígenas, Mons. Leonidas Proaño, Mons. Alejandro Labaka, Hna. Inés Arango, con la memoria de las y los mártires de los pueblos amazónicos que han entregado su vida por la defensa de la vida. En solidaridad con las defensoras y defensores de la vida y de la naturaleza ante las amenazas de la violencia a la Casa Común.
- Partícipes de este proceso sinodal que reconoce a todas y todos como constructores de humanidad y fe, para la defensa de este bioma ubicado en nuestro continente: la Amazonía.
- Convencidos de nuestra vocación misional y en sintonía con todas las personas que habitan responsablemente este planeta.
- Que, en este caminar juntos a lo largo de este Congreso y proceso hemos escuchado los gritos de nuestra Madre Tierra que agoniza y los gritos de sus hijas e hijos, seres vivientes en situación de dolor, exclusión y descarte.
- Que hemos discernido desde la comprensión del complejo proceso del dolor del planeta señalado como la crisis socioambiental, para no ser cómplices de los atropellos a los Derechos Humanos generados por las industrias extractivas, las megaestructuras y la criminalización de la protesta social.
- Que hacemos causa el argumento del n. 54 de LS, a saber: El interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos. LS 54 y por tanto nuestra posición personal y comunitaria pasa por una opción ética y política.
- Que, en espíritu y opción de conversión, nos movemos desde la mente, el corazón a las manos y pies por y para el cuidado de la Casa Común.
- Que estamos retados por las lógicas de un consumismo que produce esclavitud moderna, violencia, marginalidad, discriminación y una cultura de descarte y de muerte.
- Que nuestra espiritualidad en el encuentro con otras espiritualidades nos habla del dolor del planeta y nos permite escuchar, discernir y convertirnos hacia la Vida; e
- Inspirados en las enseñanzas del Evangelio y a la luz de la encíclica Laudato Si’:
Declaramos:
- Nuestro compromiso de continuar la marcha en la lucha y transformación desde nuestro de ser constructores de justicia, profetas y defensores de la vida y la diversidad.
- Nuestro compromiso por habitar el planeta, respetarlo y valorarlo, especialmente en los grandes ecosistemas amenazados: océanos, ríos, bosques, páramos, selvas, glaciares.
- Nuestro compromiso para instar a las autoridades de los países de la cuenca amazónica a parar el ecocidio, genocidio y etnocidio provocados por la expansión de la frontera agrícola, la actividad extractivista y los megaproyectos.
- Exigimos a los gobiernos la moratoria a las concesiones mineras y de proyectos hidroeléctricos.
- Nuestro compromiso como Iglesia Católica de denunciar ante la justicia local e internacional la violación de los Derechos Humanos de los pueblos originarios, de los pueblos en aislamiento y el campesinado y los derechos de la naturaleza.
- Nuestro compromiso de actuación, en conjunto con colectivos y organizaciones, para la promoción y defensa de los Derechos Humanos y de todo sector y grupo social en situación de vulnerabilidad.
- Nuestro compromiso por continuar la marcha en este caminar, escuchando y construyendo con los otros actores de la sociedad civil, colectivos y particularmente con los jóvenes, acciones de defensa, sensibilización, incidencia y compromiso por la defensa de la Casa Común, haciendo nuestros sus procesos de resistencia y lucha como caminos para defender los derechos de la vida, la naturaleza y los pueblos.
- Nuestro compromiso para asumir y denunciar que la destrucción de la naturaleza es un pecado social de orden capital.
- Nuestro compromiso por una opción y promoción de vida que respete la naturaleza, en lo personal, lo comunitario y lo institucional.
- Nuestro compromiso como academia, desde las propuestas académicas que reconozcan la riqueza del patrimonio cultural y resignifiquen nuestras actividades sustantivas de docencia-formación, investigación y vinculación y orientarlas hacia la valorización, defensa y promoción del cuidado de la Casa Común.
- Nuestro compromiso por incorporar en planes de estudio y de carreras de todos los niveles educativos y espacios de formación la Ecología Integral desde la encíclica Laudato Si´.
- El compromiso por seguir reconociendo en el diálogo de saberes, desde las cosmovisiones y visiones ancestrales, el Kawsak Sacha -Selva Viviente- la comprensión del sentido y horizonte de esta lucha.
Nos acogemos al corazón misericordioso de Jesús muerto y resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, que nos habla desde la las periferias y las vulnerabilidades.
Nos encomendamos a María, que nos pone con su hijo, que acoge como madre a sus hijas e hijos más dolidos y marginados.
Seguimos en la marcha con la alegría y la esperanza de hijas e hijos de un Dios que nos acoge y nos confirma a propósito de este encuentro-kairós y nos lanza a continuar.
Suscribimos por parte de los colectivos y organizadores de este Congreso, a los 13 días del mes de septiembre de dos mil diecinueve, memoria de san Juan Crisóstomo.
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