La ayuda humanitaria para las víctimas del terremoto de las provincias de Esmeraldas y Manabí, se desplegó rápidamente en favor de la población afectada desde varias partes del mundo, y no se diga desde nuestro Ecuador donde la solidaridad y la unión de todos los sectores se hizo presente de inmediato.
Las Pastorales Sociales Cáritas de las diversas jurisdicciones se activaron con mucha prontitud para apoyar a nuestras hermanas y hermanos. Conversamos con Kelly Jordán, responsable de Movilidad Humana, del Vicariato Apostólico de Sucumbíos, quien nos detalla la labor que realiza la Iglesia desde el día de la emergencia.
“Aquí nos activamos el domingo 17 de abril donde nos articulamos con el COE provincial, Gobernación, Prefectura y la Iglesia que siempre está representando a la sociedad civil con el apoyo y sentimiento de Monseñor Celmo Lazzari obispo del Vicariato de Sucumbíos”.
“Nuestra ayuda fue muy importante porque llegamos a la provincia de Esmeraldas, fue una ayuda muy grande puesto que a la zona, todavía no habían llegado ayuda a la parte sur de Esmeraldas, nos encontramos con los hermanos de la comunidad Chachi, después fuimos a otra comunidad muy cercana Chamanga que también ayudamos y a otros recintos. Las personas estaban muy atemorizadas con mucho miedo de que vuelvan las réplicas y estaban en las veredas. Las familias estaban atemorizadas y contaban que era algo horrible lo que habían pasado, al día del terremoto lo relacionaron como una película de terror”.
Desde la iglesia se continúa ayudando, dice Kelly Jordán, quién destaca la ayuda de Colombia. “Los hermanos colombianos que se encuentran al otro lado de la frontera se han solidarizado con nosotros y la solidaridad viene de lugares como son: La Hormiga, el Municipio de Guames, todas estas provincias cercanas donde nos divide un puente, pero en estos problemas vemos que no existen las fronteras porque todo mundo se solidarizó, ellos están muy conmovidos por lo que paso y se volcaron a ayudar a nuestros hermanos”.
“Nosotros hemos hecho dos visitas tanto a Esmeraldas, como a Portoviejo y Manta y se ha coordinado con las caritas locales de esas ciudades para articular e ir con la ayuda directa a las familias más afectadas”.
“La Iglesia está pensando en hacer unas misiones allá, de hecho ya se hablado tanto con los Obispos de Esmeraldas y de Portoviejo para ver qué propuesta de misiones vamos hacer, de otra parte la ayuda va ser permanente a nuestros hermanos, no los vamos a dejar ahí sino que vamos a ver cuáles son sus necesidades más próximas y continuar con la ayuda y visitas”.
Cuando finalizamos el diálogo con Kelly Jordán, ella nos deja un mensaje muy claro: “que estemos más cercanos para dar amor a nuestros hermanos que lo han perdido todo, pues Dios nos ha dado mucha ternura y misericordia por lo que nosotros debemos darle esperanza a las familias, para que ellas se sientan acogidas y tengan el amor de Dios”.
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