Encíclica Laudato Si – Alabado Seas, Sobre el cuidado de la Casa Común
San Francisco de Quito 7 de Noviembre del 2015
“Al principio creó Dios el cielo y la tierra… vio entonces
Dios todo lo que había hecho y todo era muy bueno”
(Gn. 1, 1 y 31)
Reunidos en la ciudad de San Francisco de Quito el día 7 de noviembre del 2015, en la Universidad Politécnica Salesiana 200 participantes provenientes de las diversas regiones y provincias del Ecuador nos encontramos con el objetivo de reflexionar y posicionar el mensaje de la Encíclica Laudato Si- Alabado Seas sobre el cuidado de la casa común. Nos sentimos en profunda comunión de ideales y misión con el Papa Francisco que nos invita a “unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”, y porque confía en que “la humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común” (LS – 13).
Participamos representantes de las diversas experiencias de acción y pastoral social de la iglesia en el Ecuador, acompañados por hermanas y hermanos de otras organizaciones, grupos y comunidades que también se sienten interpelados y unidos al pedido del Papa Francisco para cuidar este hogar que compartimos todos. Él ha sido muy contundente en señalar que el cambio es urgente porque “este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos… Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco” (MP)
Asimismo, nos identificamos con lo que nuestro Pastor ha expresado en cuanto a que “El objetivo no es recoger información, o saciar nuestra curiosidad, sino tomar dolorosa conciencia, atrevernos a convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo, y así reconocer cuál es la contribución que cada uno puede aportar”(LS – 19). Por ello, escuchamos el clamor de la hermana madre tierra, de la hermana agua, los gritos de la pérdida de biodiversidad, del deterioro de la calidad de la vida humana, de la inequidad planetaria, de la Amazonía, de los migrantes, refugiados y de las comunidades que son víctimas de este capitalismo voraz.
Además de los clamores, hemos constatado que en el Ecuador hay motivos para la esperanza, pueblos organizados y movilizados, experiencias de otra economía posible, el nacimiento de la REPAM, la acción de la defensa del agua, la protección de los manglares, la experiencia del reciclaje, y las múltiples iniciativas de educación y sensibilización ambiental. Nos sentimos llamadas y llamados a recuperar la denuncia profética como fundamento de nuestro quehacer pastoral, a asumir el llamado de la Evangelii Gaudium para una conversión pastoral que nos lleve a ser una iglesia en salida y que construye puentes para el diálogo interreligioso y con otros saberes ancestrales.
En el marco de este encuentro hemos llegado a algunas constataciones que nos ayudarán a trazar el camino para nuestra plataforma:
- El surgimiento y construcción colectiva del nuevo paradigma del Buen Vivir como alternativa, que tiene sus raíces en la cosmovisión de los pueblos indígenas ancestrales porque, “para ellos la tierra no es un bien económico, sino don de Dios, y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y valores. Cuando permanecen en sus territorios, son precisamente ellos los que mejor los cuidan” (LS – 146)
- Es innegable la profunda relación existente entre la realidad de los más pobres y de la vulneración del medio ambiente. Cuando la iglesia afirma su vocación por la defensa del medio ambiente, ella se coloca al lado de los que más sufren por el deterioro de la casa común como parte de su opción preferencial por los más excluidos.
- Somos conscientes que este cambio es responsabilidad de todos los sectores de la sociedad, de manera particular, de los decisores de las políticas económicas y sociales a nivel nacional e internacional, porque “la interdependencia nos obliga a pensar en un solo mundo, en un proyecto común” (LS – 164), porque no son crisis separadas, enfrentamos una sola crisis socio ambiental, que exige medidas integrales y compromisos de todos los sectores de la sociedad. “Necesitamos una política que piense con visión amplia, y que lleve adelante un replanteo integral, incorporando en un diálogo interdisciplinario, los diversos aspectos de la crisis” (LS – 197)
- “Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad. El auténtico desarrollo humano integral posee un carácter moral y supone el pleno respeto a la persona humana” (LS – 5). Este cambio pide una firme convicción para transformar nuestro estilo de vida centrado en el consumo y el individualismo que provoca la cultura del descarte hacia un estilo de vida más sobrio, donde prevalezca el ser sobre el tener, y donde la dignidad de toda persona sea el centro.
- “Ya no pude hablarse de desarrollo sostenible sin una solidaridad intergeneracional” (LS – 159) “Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo” (LS – 160)
“Dios, que nos convoca a la entrega generosa y a darlo todo nos ofrece las fuerzas y la luz necesaria para seguir adelante. En el corazón de este mundo sigue presente el señor de la vida que nos ama tanto. Él no nos abandona, no nos deja solos, porque se ha unido definitivamente a nuestra tierra y su amor nos lleva a encontrar nuevos caminos. Alabado seas” (LS – 245)
Nos comprometemos a:
- Difundir el comunicado, para dar a conocer los compromisos en nuestros sitios de origen
- Socializar la Memoria detallada con las distintas experiencias.
- Replicar a nivel nacional, este mismo formato de encuentro sobre la Encíclica
- Continuar con la Plataforma de Pastorales Sociales para dar seguimiento a los compromisos y ofrecer acompañamiento a los miembros de esta red.
- Utilizar los medios existentes, las redes sociales y la comunicación como herramienta activa, fomentando un proceso para recoger experiencias y difundirlas.
- Desarrollar y promover procesos formativos específicos, así como proveer de insumos y metodologías adecuadas a las distintas realidades.
- Ampliar la Plataforma de las Pastorales Sociales con todos los representantes de las instancias asistentes y otras afines que quieran incorporarse a este Esta plataforma buscará la realización de un encuentro de seguimiento en el futuro con los representantes de las diversas instituciones, a la luz de estos acuerdos.
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