«Un joven trabajador vale más que todo el oro del mundo. No respetar al joven trabajador o la joven trabajadora es no respetar al mismo Dios, al mismo Jesucristo”. Joseph Cardijn, fundador de la Juventud Obrera Cristiana
Algo de historia:
Europa 1918: finaliza la Primera Guerra Mundial. Seis millones de muertos, otros seis millones de civiles y combatientes lisiados, una política sin norte, una moral destruida, una clase obrera explotada sin misericordia para reconstruir la economía de la postguerra. La gran depresión económica en el Viejo Continente configura la realidad social en la que un sacerdote belga, Joseph Gardijn (1882-1967)* comienza a trabajar con jóvenes obreras y obreros de su país y de Europa. La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) fue la iluminación inicial de este sacerdote, hijo de obreros, en una Bélgica colonialista que había sido ocupada por Alemania y destruida por esta Primera Guerra Mundial.
Desde 1915, el P. Cardijn es capellán de los sindicatos cristianos; en 1919 agrupa a la juventud obrera belga en el movimiento Juventud Sindicalista. En 1924 toma cuerpo lo que hoy se conoce como la Juventud Obrera Cristiana Internacional (JOCI). En el período de entreguerras (1918-1939) la JOC hace base en varios países europeos, especialmente en España, en donde se opone a la situación laboral imperante en la dictadura franquista. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) es tiempo duro para la clase obrera mundial. Con visión futurista, la JOC extiende su experiencia de acción a América Latina.
La JOC en Ecuador
A fines de los años 40s, un joven sacerdote nacido en San Antonio de Ibarra trabaja en la Diócesis de la capital imbabureña. La realidad laboral en una provincia casi feudal y con mano de obra mayoritariamente indígena, lo lleva a buscar una respuesta a la injusticia. Así crea la JOC en Ecuador. Este joven era el P. Leonidas Proaño. La Doctrina Social de la Iglesia que alumbró al prelado belga es también la luz de nuestro Obispo de los pueblos indios y de los cristianos de base.
Mons. Leonidas Proaño recogió esta semilla belga y la plantó en el territorio imbabureño y cayambeño, para luego extenderla por la nación olvidada, por el Ecuador de las y los excluidos. Mons. Proaño creía en la juventud, y se comprometía a fondo con ella. Más de sesenta años después de esa respuesta inicial a la injusticia y al trabajo indigno juvenil, queremos conocer la JOC Ecuador de hoy. Conversamos con Silvana López, quien coordina a nivel nacional esta organización juvenil, cristiana, de clase.
Cristo obrero
“Partimos de esta realidad: Jesús nació obrero, nació pobre; escogió esta condición, y su Evangelio incluyó la lucha por la gente explotada. Él siempre estuvo al lado de los pobres y combatió a los opresores, oponiéndose a la acumulación de capitales. Jesús obrero nos dio ejemplo de que el dinero no lo es todo, trató de humanizarnos. Su modelo nos lleva hoy a frenar el frenesí del dinero. No podemos dejarnos atrapar por el consumismo”.
Para Silvana y la JOC, la esencia del cristianismo es el amor al prójimo, ayudarse entre la misma juventud obrera y la gente de la periferia que los rodea, los barrios. Se unen para defender sus derechos frente a la opresión y, como mujeres, combatir la exclusión, pues a ellas les toca dejar olvidados sus sueños por trabajar y además cuidar el hogar.
Iglesia y JOC
“Para nosotras y nosotros, la Iglesia es donde están dos o tres seres humanos queriendo hacer algo por otras personas que necesitan ayuda”. Silvana considera que desafortunadamente la Iglesia se constituyó en una estructura dedicada a los bienes materiales, apartándose del camino correcto: “Perdieron su rumbo de trabajar por el pueblo, olvidándose de buscar a sus fieles entre la gente pobre”. Esta es una de las críticas que siempre hizo el P. Cardijn, quien consideraba que tener universidades católicas era preparar líderes jóvenes al servicio de la burguesía; que se debía más bien educar a líderes trabajadores cristianas/os.
Debido a esta estructura elitista y material, la juventud se ha alejado de la Iglesia; no se aleja por sus principios sino por sus contradicciones mundanas. Pero a la JOC le alegra creer que esta equivocación está siendo superada ahora, con el liderazgo del Papa Francisco: “Él quiere una Iglesia pobre y para los pobres, como siempre debió de haber sido”, comenta la Coordinadora nacional de la JOC-Ecuador.
La fe revolucionaria de Francisco:
La fuerza de cambio que imprime el papa Francisco es asumida con esperanza por la juventud obrera cristiana: “La fe revolucionaria del Papa es propia, nace desde el sentimiento mismo de una exclusión. Francisco es hijo de obreros. El corazón del Papa es de izquierda, yo lo creo así”. La JOC considera que el papa Francisco tiene muy clara la teología desde su propia vivencia: hay que trabajar por los pobres, estar con las bases, con los movimientos populares, con las mujeres excluidas, maltratadas y explotadas, con la juventud. “Como cristianos tenemos que cambiar porque no podemos seguir así”, sentencia Silvana, segura de que hay vientos de cambio en la Iglesia.
“El Papa obliga a la Iglesia a autoevaluarse, a humanizarse, a desprenderse de ser necesario, a trabajar por el pueblo. Yo creo que debemos ayudar a encontrar el camino correcto y, bajo su luz y sus sabias palabras, trabajar para que seamos una Iglesia para el pueblo, para las bases”. La juventud ve en el Papa una guía, un apoyo y quieren reunirse con Su Santidad, como ya lo ha hecho él con los movimientos populares. “Queremos que nos reciba como juventud obrera, como mujeres y niños”.
Para Silvana, es fuerte la esperanza que sienten con el Papa porque Francisco está respaldando a países de izquierda: “Nos va a mostrar a Cuba con otra mirada diferente. Irá a Estados Unidos a hablar claro sobre la destrucción ambiental del planeta, el calentamiento global y el poder corrupto de los países ricos sobre los pobres”.
Silvana considera que el Papa, en su visita a Ecuador, Bolivia y Paraguay, mostró el camino; él nos deja una guía para los movimientos populares y de género: “También entregó un llamado cautivante para la juventud. Ese apoyo de Francisco a este cambio que nos incluye a todas y todos está abriendo camino en nuestra juventud. Hay una renovación, un entusiasmo nuevo”.
El método de la JOC:
El método de Ver-Juzgar-Actuar fue heredado de su fundador, el P. Cardijn. Es un método con más de 113 años, empleado por organizaciones cristianas y no cristianas. “Ver con ojos profundos, no superficiales. Identificar el problema, sus causas y consecuencias, sus actores. Luego juzgamos: frente a estos problemas ¿qué hacemos?, ¿qué otros jóvenes viven estos mismos problemas?, ¿por qué somos explotados? ¿Por qué somos individualistas y consumistas? ¿Podemos unirnos para enfrentar conjuntamente estos problemas? Después pasamos al actuar: Identificamos como cristianos los valores que nos pueden unir: amor, lealtad, amistad, compañerismos. Armamos un plan y asumimos responsabilidades: ¿quién puede hacer esto?, ¿quién le va a ayudar, cuándo lo vamos a hacer, qué resultados esperamos?”
Así los jóvenes de la JOC comienzan a vivir pequeñas transformaciones de vida, progresos sencillos, en la casa o en el trabajo, en el colegio o en el hogar; también puede ser en el barrio. Así van cambiando, ven que avanzan, que progresan en su proceso de compromiso y acción personal y comunitaria. “Esta herramienta del Ver-Juzgar-Actuar, junto con la Revisión de Vida y Acción Obrera, nos ayuda a avanzar. Los que se van capacitando y actuando ayudan a otras y otros a que encuentren su lugar y su acción en nuestro Movimiento”.
Los actuales desafíos
Los tiempos no están fáciles ahora, opina Silvana: “Hemos luchado y seguiremos luchando por las reivindicaciones laborales de la juventud obrera. Defendemos a las y los jóvenes que viven precariedad laboral y son explotados; por eso vamos a los barrios”. Llevan adelante acciones que combaten radicalmente la vulneración de los derechos laborales juveniles en las fábricas; no pueden trabajar y estudiar al mismo tiempo, no respetan el salario justo, la seguridad social y las horas extras. Denuncian y actúan en los barrios, visibilizando y sensibilizando a las autoridades y otras instancias sensibles, especialmente a la población ecuatoriana.
“Seguiremos luchando contra la exclusión, no puede haber exclusión en los barrios pobres. Por estas razones estamos preparando un Manifiesto en donde se refleje nuestra realidad y nuestro campo de lucha. Y caminando, poco a poco queremos ir transformando la vida de estos jóvenes para que luego puedan servir de apoyo y guía a otras chicas y chicos que viven exclusión, explotación y alienación”.
Otro de los retos de la JOC-E es el poder incidir en la legislación laboral ecuatoriana, llegar a las autoridades, proponer y ser escuchados. Tienen la certeza de que trabajando unidos a otras organizaciones obreras podrán incidir en las autoridades. Quieren llegar a la juventud urbano-marginal para poder transformar la realidad actual de esta juventud trabajadora.
La situación política actual en Ecuador
La JOC tiene una posición clara ante la actual situación política y social del país: “Vemos una serie de contradicciones y coyunturas: un paro respaldado por organizaciones de base, acción que es interpretada como una unión entre la extrema izquierda y la extrema derecha para derrocar al gobierno”. Silvana considera que el actual gobierno ha dado mucho; que no es Correa –visión equivocada–, que lo que estamos viviendo ahora es un proceso político que se viene dando por cambiar nuestra sociedad. Cree que este gobierno ha invertido en el campo social: en educación, en salud, en carreteras. La obra del gobierno ha llegado a sectores excluidos por muchísimos años.
“Es importante ser críticos ante la actual situación, y no dejarnos engañar por los medios de comunicación. El que haya o no corrupción es una cosa por transparentarse, pero la inversión social se ve en pueblos y comunidades marginadas. Apoyamos un proceso así porque vemos el cambio. Estamos bien, nos sentimos bien. Pero somos críticos, nos convertimos en veedores de nuestras propuestas, nos vamos empoderando. Así lo vemos en la JOC-E”.
Por estas razones rechazan el cierre de carreteras, las huelgas y los paros actuales y perjudican precisamente a quienes trabajan. “No tiene sentido el paro en este momento. Nada que implique violencia tiene sentido ahora. Nosotros creemos en el diálogo y participamos en él porque nos han llamado y hemos concurrido como jóvenes”.
Silvana nos cuenta que en Latacunga, en el Encuentro de las Juventudes –a principios de este mes de agosto–, le entregaron su propia propuesta al Ministro de Relaciones Laborales. La JOC-E considera que el Estado debe ser veedor y guardián de los derechos laborales juveniles obreros; “El Estado debe vigilar que la empresa privada cumpla con el Código Laboral, esa es su principal función como gobierno: tiene que evitar la precarización laboral juvenil en estos momentos, sobre todo en la empresa privada y en estos momentos de crisis. Así practicamos nuestro testimonio de fe y de lucha”.
Fe cristiana y lucha obrera
¿Es compatible una lucha revolucionaria con la fe cristiana? Silvana responde: “Claro que sí. Nosotros rezamos pero siempre actuamos. La oración sin acción no tiene sentido para la JOC. A lo largo de nuestra historia, una parte de la Iglesia nos ha marginado porque somos jóvenes rebeldes, revolucionarios, muy de izquierda; nos han excluido por esa razón, porque nos ven demasiado ‘rojos’”.
Silvana ingresó a la JOC porque estaba embarazada y le negaban el derecho a trabajar. Recuerda a una compañera venezolana, Arlenis: ella cuestionaba todo y los cuestionaba a ellas y ellos, enseñándoles a tener fe en su lucha. Silvana aprendió mucho de Arlenis. “Personalmente siento que la fe cristiana tiene más sentido si creemos en un Cristo obrero porque Él eligió ser obrero pudiendo nacer en una cuna real. En la lucha obrera la fe se profundiza y se vuelve concreta porque llegas a la convicción de que luchas por algo más, y la fe cristiana se une a la fe de lucha obrera haciéndola una, fuerte, poderosa. Nuestra realidad es dura y es allí en donde nos ayuda la fe; consideramos que la fe es el camino”.
La charla con Silvana termina pidiéndonos que recordemos cómo entrar en contacto con la JOC-Ecuador: su celular es el 0998-85-42-76; también pueden localizar a Silvana mediante el Whats-App, o escribirle al correo [email protected] Silvana nos invita a conocer la página en Facebook: JOC Ecuador. A este sitio web pueden enviar fotos, comentarios y compartir las experiencias juveniles, obreras y cristianas. Silvana cree que las redes sociales son el medio ideal; que tenemos que ir por ahí con la juventud y poder así enviar mensajes y recibir respuestas.
Nosotros en Cáritas nos quedamos reflexionando sobre un campo de acción con tanta experiencia, con principios cristianos y objetivos de trabajo social tan comunes a los nuestra Cáritas. Hay mucho que aprender del caminar de esta juventud obrera cristiana. Sus experiencias nos sirven, su fe enriquece la nuestra. Ahora, el reto común es unirnos, formar red, compartir experiencias y ser cada vez más en la construcción del Reino. Gracias por tu testimonio, Silvana, gracias JOC-Ecuador por su fe y su acción revolucionaria. Estamos con ustedes #PorqueNuestraFeSiempreEsRevolucionaria.
*Joseph Cardijn estuvo dos veces en la cárcel. Su vida es apasionante. Hijo de obrero del carbón y madre empleada doméstica –ambos analfabetas–. Ante su padre moribundo juró dedicar su vida a la juventud trabajadora. A los 24 años fue ordenado sacerdote, y a los 30 organiza el primer núcleo de muchachas trabajadoras. En la I Guerra Mundial, los alemanes lo encierran; en la II, tiene que vérselas con la Gestapo. Admirado por Pío XI y Juan XXII. Fue creado Cardenal en 1965; su vida y obra merecen su beatificación. Si deseas conocer más sobre su vida, obra, principios y filosofía, te recomendamos abrir esta página.
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