El terremoto que prácticamente destruyó a Nepal el 25 de abril, con la réplica del día siguiente, sumió a este país asiático en un verdadero infierno. Pronto nos movilizamos y emprendimos desde Cáritas Ecuador una campaña de solidaridad en las 24 Diócesis del país. ¿Resultados? Casi cien mil dólares recaudados que serán enviados la próxima semana al “techo del mundo”, Nepal.
Para lograr este apoyo, recurrimos a la solidaridad de las y los ecuatorianos, especialmente a quienes profesan nuestra fe cristiana. En nuestra página web y en las redes sociales hicimos el llamado, pidiendo colaboración en efectivo dada la distancia que hay entre Ecuador y Nepal. Y la respuesta de las Diócesis ecuatorianas ha sido más generosa de lo que esperábamos.
Estos $ 100.000 dólares muestran que el corazón de las y los ecuatorianos es generoso y solidario. Aunque más del 80% de la población nepalí profesa el budismo, las y los cristianos ecuatorianos comprendimos la necesidad y el dolor de estas personas que lo perdieron todo, y tendimos nuestra mano generosa para ayudar a solucionar en algo los graves problemas acarreados por los movimientos telúricos. Más de 9.000 víctimas mortales y casi 20.000 heridos de consideración fueron los primeros datos de la tragedia. Pero son más de millón y medio de personas damnificadas que todavía requieren ayuda.
Gracias, Ecuador. Somos un pueblo solidario con quienes sufren tragedias, exclusiones, movilidad humana, pérdida de la libertad, trata de personas, en fin, somos un pueblo generoso que sabe responder con la mano extendida a las necesidades del prójimo. Gracias, hermanas y hermanos de las 24 Diócesis del país. Su ayuda es una muestra de esa iglesia en salida, que se unta, que huele a oveja, que sale a buscar al prójimo dolido para aliviar sus sufrimientos. La reconstrucción de Nepal tendrá nuestro grano de arena, fervoroso y humano, nacido del amor al prójimo de las y los ecuatorianos.
¡Que Dios les pague, hermanas y hermanos cristianos!
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