Es el nombre de la obra de teatro que presentó la Pastoral Social Cáritas Ecuador, en conjunto con el grupo de la comunidad Pushakñan, para conmemorar el día internacional del refugiado que se recordó el 20 de junio. Esta iniciativa se enmarca en la Campaña por la Hospitalidad promovida por el Servicio Jesuita a Refugiados Latinoamérica y el Caribe.
La temática de la obra se basa en la movilidad humana donde las personas son obligadas a dejar su país de origen, abandonando familia, amigos y seres queridos y que al llegar a ese destino, la hospitalidad y la acogida es lo menos que encuentran.
El Centro de Desarrollo Comunitario (CDC), del barrio La Roldós, ubicado al Noroccidente de Quito, fue el escenario donde se pudo mostrar a la comunidad cuales son las situaciones de movilidad forzada a las que se exponen miles de personas que dejan su tierra natal. Niños, jóvenes, hombres y mujeres que viven en el sector se dieron cita en el teatro del (CDC) para mirar la obra, ¡He venido aquí!
Según la Declaración de la Campaña por la Hospitalidad: ¡Las personas primero!, da cuenta que los Estados cada vez reconocen menos el estatus de refugiado. En la última década más de 250.000 personas, mayoritariamente de nacionalidad colombiana, han huido de sus países hacia Ecuador.
Este país registra la mayor cantidad de refugiados reconocidos de Latinoamérica, aunque sólo 56.000 hayan logrado obtener el estatus de refugiados, entre las aproximadamente 175.000 personas que lo han solicitado. Sin embargo, las dificultades no cesan con el reconocimiento del estatus: muchas personas refugiadas experimentan el rechazo y varias formas de discriminación en la sociedad que les recibe.
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