La trata de personas en la Amazonía es grave. Así lo denuncian los representantes institucionales de la Pan Amazonía, reunidos en Manaus, del 4 al 8 de marzo de este año. Desde el 2010 y en Brasil, la Red “Un Grito por la Vida”, apoyada por la sociedad civil, agencias de la Iglesia y del gobierno, emite un solo grito: “¡No a la trata de personas en la Amazonía!”.
Esta Red denuncia, previene, sensibiliza y ejerce control social sobre el tráfico de personas en la región. La trata de personas es diversa: hay explotación comercial sexual, trabajo forzado, servidumbre doméstica, matrimonio servil, tráfico de órganos, adopciones irregulares, migración forzada y otras violaciones a los derechos humanos que giran alrededor de la trata de personas. En la mayoría de los estados brasileños se incumple la ley y/o son insuficientes las políticas públicas de lucha contra el crimen de la trata de personas.
El documento contiene serias denuncias: los equipos técnicos gubernamentales son poco preparados e ineficientes. Los instrumentos jurídicos del Plan Nacional de Lucha contra la Trata de Personas no se utilizan adecuadamente, y campea la impunidad. Los mega-proyectos de extracción impactan culturalmente e inciden en la violación de los DD. HH. Los datos oficiales discrepan de la realidad captada por instituciones serias, como la Iglesia y otras organizaciones humanitarias nacionales e internacionales.
El encuentro de Manaus plantea un plan de REIVINDICACIONES urgente: Que se apliquen las políticas del Plan Nacional de Lucha contra la Trata de Personas. Que se amplíe el diálogo con los países fronterizos (Brasil limita con todos los países de América del Sur, excepto Ecuador y Chile), y definir urgentemente acuerdos bilaterales con sus vecinos.
Otras reivindicaciones propuestas: Promover políticas públicas para grupos clave en vulnerabilidad a la trata, a la explotación sexual y a la laboral: mujeres, niños, adolescentes y LGBTT. “Un Grito por la Vida” pide que en todas las etapas de la educación formal se incluya el tema de la trata de personas, tal como lo dicta la ley de educación actual. De igual manera, que el tema se incluya en los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes. Que se supervisen y aprueben leyes claras en contra de la trata de personas. Que se amplíen los canales de queja, y se creen sistemas de datos actualizados y útiles.
El Papa Francisco, en el Ángelus del 8 de febrero de este año, instó a que todas y todos luchemos contra la trata de personas: “Animo a los que están comprometidos a ayudar a hombres, mujeres y esclavizados, niños explotados, abusados como instrumentos de negocios o placer y a menudo torturados”. Además, el Papa pidió a los gobiernos obrar con determinación “… para eliminar las causas de este flagelo vergonzoso, un flagelo indigno de la sociedad civil. Cada uno de nosotros debe sentir el compromiso de ser la voz de estos hermanos y hermanas humillados”.
En Ecuador existe trata de personas: somos país de origen, destino y tránsito de personas sometidas a trata. El gobierno ha hecho esfuerzos significativos por combatirla, pero el delito crece. Las leyes actuales dictan condenas que van desde 13 hasta 40 años por acumulación de penas, pero hay más detrás de esta realidad, y no basta con reprimir a quienes delinquen.
Pensemos que recuperar a una niña, a un joven o a una mujer explotada sexual o comercilamente implica liberarla, darle apoyo afectivo y sicológico, albergue, alimentación, capacitación y todo un proceso de recuperación y reinserción social. Seamos la voz de quienes son víctimas de este delito. Unámonos ya a este Grito por la Vida y digamos ¡No a la trata de personas!
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Imagen vía iecah.org.
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