La Iglesia latinoamericana acude este jueves por primera vez a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Lo hace para denunciar la vulneración de los derechos de los campesinos y pueblos indígenas por parte de las industrias que extraen recursos naturales en la Amazonía y Mesoamérica. Tres de los obispos que participan en la audiencia de Washington —de Brasil, Guatemala y Perú— afirman que comparten un mismo problema en la región.
“Hay en la Amazonía una avalancha de proyectos armados por el gran capital, pero también está la extracción ilegal: la minería es muy fuerte, pero en Roraima avanza el agronegocio y la monocultura de caña, soya, palma y eucalipto”, precisa el también miembro de la Comisión de Amazonía de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB por las siglas en portugués).
Sin embargo, Barreto aclara que no se oponen a la actividad extractiva. “La iglesia tiene un anuncio muy claro, en algunas zonas esta actividad no puede darse, como las reservas, ni tampoco si hay vulneración directa de los derechos humanos”.
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