José Luis Caravias ha trabajado duro con el campesinado de Paraguay y Argentina. Esta labor lo convirtió en refugiado. Vino a Ecuador, en donde fue acogido por Mons. Leonidas Proaño y Mons. Luna Tobar; era perseguido por la Triple A argentina y la policía del dictador paraguayo Alfredo Stroessner. Como refugiado, y en Esmeraldas, descubre el tema de la Tierra.
En el Oriente, José Luis tHay funraba relación con Mons. Labaka y es el primero en abrir sus papeles y escribir sobre el martirio de Inés y Alejandro. Va a la “provincia verde” -Esmeralas- a dictar un curso de Catequesis; uno de los participantes le pregunta qué dice la Biblia sobre la Tierra. Desde ese momento, el tema de la Tierra se vuelve prioritario para Caravias. Cuatro libros ha dedicado el P. Caravias a trabajar el tema del planeta, ya que como tal, la Tierra no aparecía en los diccionarios bíblicos. Hoy, muchos años después de haber publicado “Luchar por la Tierra”, José Luis nos invita a costodiarla y a repartirla bien.
Caravias insiste en que hay fundamentos bíblicos sobre la Tierra, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Es un don dado por Dios a la Humanidad, es una muestra de Su amor hacia nosotras y nosotros. Sin duda alguna, la Tierra tiene su propio espíritu. Con optimismo, el P. Caravias termina diciéndonos: “Los cristianos amamos a Dios cuidando la tierra y repartiéndola con justicia”. Ese cristianismo de América del Sur que está en pañales, se empoder cada vez más de custodiar la Tierra, haciendo camino al acompañar y defender la vida natural y las culturas que habitan nuestros territorios bendecidos por la biodiversidad.
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