Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), miles de niños que ingresan ilegalmente a Estados Unidos, llegan desde Honduras, El Salvador y Guatemala, podrían acceder al estatus de refugiados, pero son deportados a sus países donde enfrentan la persecución de las pandillas.
«Algunos niños y sus familias temen ser perseguidos por las maras cuando regresen. Nuestro interés es que los niños sean adecuadamente entrevistados antes de ser deportados», dijo Fernando Protti, representante regional de ACNUR para América Central. «Creemos que si sus casos fueran más analizados, muchos serían reconocidos como refugiados con un temor fundado de persecución y falta de protección en su país de origen», dijo Protti a la Fundación Thomson Reuters en una entrevista telefónica desde Ciudad de Panamá.
Fuente: Observatorio Legislación
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