Quito se ha convertido en el destino de gran cantidad de personas colombianas que buscan rehacer su vida en Ecuador, situación que genera trabajo arduo para Caritas Quito y su equipo de Movilidad Humana. Edwin Cevallos, licenciado en Derecho, es el encargado de prestar ayuda a estos migrantes que buscan la calidad de refugiados o el amparo para poder quedarse a vivir en Ecuador.
La Pastoral de Movilidad Humana de Cáritas Quito viene prestando apoyo a las y los refugiados que viene en busca de ayuda. Edwin nos cuenta que prestan socorro a hombres y mujeres –la cantidad es equitativa, mitad mujeres, mitad hombres–, que llegan ignorando sus derechos. Vienen con sus hijas/os –un 75% de las personas atendidas vienen con sus vástagos–, mientras que otras/os los han tenido que dejar en Colombia. Muchas de estas personas son jóvenes, menores de 30 años.
El contacto con quienes llegan a Ecuador se realiza mediante las parroquias, que referencian a Cáritas Quito. Inmediatamente se establece el contacto, comienza el trabajo para tratar de conseguir el estatus de refugiado. Si este estatus es negado, se apela, buscando adquirir la condición de amparo. Pero según Edwin, en menos de un año o dos, la mayoría de estas personas procrean un hijo/a, e inmediatamente consiguen el estatus de amparo. Se pueden contar por miles estas uniones libres o matrimonios internacionales.
El mayor problema que enfrentan las y los colombianos en Quito es la discriminación; son discriminados al buscar arriendo, trabajo, servicios de salud y educación. Hay casos de personas profesionales a las que no se les valora su título y le ofrecen trabajos humillantes. Esta discriminación duele y baja la autoestima, creando desconsuelo y haciendo más difícil la adaptación a la nueva cultura. Hay quejas de algunos refugiados sobre humillaciones recibidas por la fuerza pública. Y se conocen ya casos de deportación, sin respetar la solemnidad de los ítem de refugio.
La “vacuna” –forma de extorsión de la guerrilla colombiana– es la principal causa de la salida a Ecuador. Mucha gente llega sin nada, y en ocasiones duermen en el terminal de buses. Cáritas Quito ayuda a conseguir albergue, especialmente en la parroquia de Conocoto; otros refugiados son referidos al Servicio Jesuita a Refugiados, en donde son atendidos en sus requerimientos urgentes, sobre todo en vestimenta y alimentación.
Edwin considera que cada vez viene más gente de Colombia, y últimamente están buscando refugio muchas personas de Venezuela. Ha mermado considerablemente la asistencia a cubanos y haitianos, pues ellas y ellos van de tránsito, hacia Brasil o La Florida. El 98% de las personas que atienen en Cáritas Quito provienen de la hermana Colombia.
Entre los planes a futuro, Edwin tiene mucha esperanza en unirse con Movilidad Humana de la SEGE –Secretaría General de Cáritas–, con el fin de sensibilizar a la población quiteña para que no discrimine y, por el contrario, acoja cristianamente a quienes necesitan apoyo. También están tramitando alianzas nacionales e internacionales con el fin de tener apoyo económico y ampliar la cobertura brindando ayuda psicológica y laboral –pequeños emprendimientos, ojalá comunitarios–.
Cuando le preguntamos a Edwin cuál es la clave de su difícil labor, él nos respondió: “Sentarse a escucharlos y a llorar con ellos, pues muchas de sus historias son desgarradoras”. Todas y todos los católicos estamos llamados a abrir nuestros corazones con las y los migrantes, especialmente con la gente de Colombia, país al que nos unen lazos muy antiguos y cordiales. Como hijas e hijos de un mismo Dios Padre, acoger a quienes migran es una responsabilidad cristiana que debemos asumir ya.
¡Sí a la acogida, no más discriminación!
2 Comments
landry njayi
22/08/2015
soy un refugiado Africano(Republica del Congo) con visa 12 IV estoy pasando momentos dificil hoy 3 mese sin trabajo,sin comer bien necesito sus ayuda(apoyo) porfavor para pagar mi arriendo y comer gracias
Sofia
09/08/2024
Tengo una queja el horario de carita es muy temprano y la comida dan muy poquito para las s adultos y el desayuno es feo y muy poquito y no tienen compasión
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