Samuel Martínez ha vivido más de media vida en Ecuador. Nació en Argentina, hace más de 35 años, y la dictadura militar obligó a sus padres a migrar a Ecuador. La solidaridad es el motivo por el cual Samuel, el “Che”, trabaja para la Fundación Ambiente y Desarrollo, una entidad que brinda apoyo inmediato a las y los refugiados, mediante el 1800 REFUGI (1800-733844).
“Nuestro trabajo es comunicarnos con la gente que busca refugio, y orientarlos. Ayudarlos a incluirse en la sociedad. Eso no es fácil: un refugiado es una persona que sale de su país por miedo, porque ha sido amenazado, porque su vida corre peligro. Son muchas las razones por las cuales esa persona, que tiene miedo, debe salir corriendo, a veces sale huyendo sin papeles y llega aquí, sin nada, después de un duro viaje”.
“Esta situación no es nada fácil. Nosotros les ayudamos a conseguir trabajo, a darles educación a sus hijos y a poner en regla sus papeles. El 98% de las personas refugiadas en Ecuador son colombianas. Volver a empezar, comenzar de nuevo, de cero, en un país extraño. A esta gente dedica sus esfuerzos nuestra Fundación Ambiente y Sociedad”. Samuel es, a la larga, un refugiado más. El “Che” conoce y quiere a Ecuador, pero no olvida que tuvo que dejar su patria porque sus progenitores fueron perseguidos por disentir con un régimen totalitario que asesinó y desapareció a más de 25.000 personas.
El trabajo comunicativo de quienes nos preocupamos por la Movilidad Humana y, sobre todo, de las y los refugiados, es el visibilizar sus problemas y sensibilizar a las y los ecuatorianos para que conozcan y comprendan cómo vive un refugiado y, con solidaridad cristiana, darle una acogida calurosa y generosa. Nosotros, como comunicadores, debemos enfrentar los prejuicios que hay respecto a quienes vienen a refugiarse al Ecuador. “Esta gente lo que busca es paz, tranquilidad, comenzar de nuevo, y salir adelante a pesar de las dificultades. Muy poca gente entiende que los refugiados han sido forzados a abandonar su país de origen”, afirma Samuel, el “Che”, quien resalta la labor de la Iglesia Católica –y de otras Iglesias– en pro de quienes buscan o reciben refugio en nuestro país.
Samuel nos habla de lo que se genera en Ecuador hacia los refugiados colombianos; también hace un análisis del daño que pueden llegar a hacer los medios de comunicación al estereotipar y generalizar a las y los colombianos. El “Che” defiende el derecho a migrar y la necesidad de albergar a quienes vienen en situación de refugio.
Nuestro invitado agradece a Ecuador por ser un país de albergue, una nación de seres humanos que acoge a quienes viven situaciones de violencia y tienen que buscar amparo en Ecuador. Lejos de su patria, el “Che” ha sabido hacer de Ecuador su otra patria, su otra nación. Sin perder el acento argentino, habla de Ecuador con gratitud y amor. Se siente orgulloso de hacer lo que hace: apoyar a quienes han vivido una situación similar a la que sacó de Argentina a su madre y a su padre.
Con una imperativa e irrenunciable fe por la paz en Colombia, este argentino-ecuatoriano nos hace ver el otro lado de una realidad que muchas personas no quieren ver. Este hombre, mitad gaucho, mitad chulla quiteño, nos toca el corazón, para que lo abramos y demos acogida a quienes dejaron todo atrás y llegaron a nuestro territorio casi sin nada en sus manos. Gracias Samuel, por tu laboriosa y útil solidaridad. Que Dios te bendiga, querido “Che”.
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