Con esta frase que tanto dice y hace pensar, Mons. Rafael Cob García, Obispo Vicario del Puyo, celebró el año de pontificado de Francisco, y el IX encuentro sacerdotal de misioneros en los Vicariatos de Ecuador. A este encuentro, celebrado la semana pasada en Puyo acudieron misioneros que desarrollan su trabajo evangélico en la Amazonía y Galápagos. Al coincidir el encuentro con el año de pontificado de Francisco, el sentimiento de regocijo fue la pauta.
Mons. Cob invitó a quienes asistieron al encuentro a caminar con alegría, a edificar con sabiduría y a confesar la fe con valentía, enriqueciendo así los lineamientos de acción que fijó el Congreso de la Fe a fines del año pasado en Quito: “El Papa ha dicho reiteradamente que tenemos que salir a evangelizar, salir a las periferias existenciales, lo cual exige caminar, avanzar, ir a la búsqueda del otro, acercarnos al alejado y marginado, ser misioneros, con toda la teología que lleva la palabra caminar, hacer camino, hacer historia, y este encuentro de sacerdotes es parte de ese camino y de esa historia de nuestra Iglesia misionera en Ecuador”
“El Papa también ha dicho reiteradamente que el cristiano no puede tener cara de cementerio, ni puede estar triste; por ello nos escribió esa exhortación apostólica, Evangelii Gaudiun, la alegría de aquel que lleva la buena noticia de Cristo, aquel que lleva a Cristo en su corazón”.
Mons. Cob reafirma que este caminar alegre ha unido a sacerdotes y laicos en una Iglesia sólida, que edifica con sabiduría en medio de una cultura relativista y secular que construye sin Dios y que promueve antivalores y cultiva la indiferencia y el individualismo.
Sabiduría para saber discernir, sabiduría para saber decidir, sabiduría para saber vivir. La sabiduría de su espíritu que confunde a los sabios y poderosos de la tierra e ilumina a los pobres y sencillos, elegidos por Dios.
Confesar con valentía. Hoy las palabras solas no sirven, deben ir acompañadas por las obras como dirá el apóstol, para confesar nuestra fe, para demostrar nuestra fe, no podemos ser perfectos teóricos y como los fariseos una destructora incoherencia en la práctica, Hoy día dirá el Papa Francisco se necesita coraje en confesar la fe en quien creemos a quien servimos y a quien amamos.
Cuando la Iglesia es atacada y pisoteada por arriba y por abajo, no podemos quedarnos callados, debemos levantar la voz profética como Jesús en defensa de la verdad y la justicia. Coraje para defender la fe y construir la paz, valentía hasta el martirio como tantos cristianos que son perseguidos y calumniados,
“La valentía de la fortaleza del espíritu, la valentía de la fidelidad, con la coraza a de la fe y el cinturón de la caridad. No se nos ha dado el espíritu de timidez sino de fortaleza” dice Pablo a Timoteo.
Para ello Jesús nos dice hoy: Pedid, buscad y llamad. Ya nos había dicho Jesús rogad al dueño de la mies que envié obrero a su mies, porque la mies es mucha y los obreros son pocos, esta es la gran realidad de nuestros Vicariatos, ¿Qué hemos de pedir a nuestros sacerdotes? Que sean hombres de Dios no del mundo, que sean mensajeros de verdad, misioneros que por los montes llevan la paz
Pedimos a los sacerdotes que sean humildes servidores y no funcionarios, no busquen ser servidos sino servir, que sean pastores que como Jesús con trasparencia coherencia den testimonio de la verdad
Que busquen el Reino de Dios y no compensaciones humanas. Que Jesús sea su tesoro y allí esté su corazón. Que sean obedientes y disponibles como lo fue Cristo para entregar su vida
¿Y Qué piden los sacerdotes a sus fieles? Que oren a Dios por ellos para que sean fieles a Cristo y a sus compromisos hasta el fin de su vida.
Los sacerdotes dicen a sus fieles llamen a Dios con insistencia, oren cada día por sus pastores para que sean reflejo del amor de Cristo.
También piden para que sean dóciles al espíritu Santo que sigue aleteando en su Iglesia, que sean protagonistas de la misión desde su estado de laicos en la Iglesia.
Los sacerdotes no caen del cielo, salen de esta tierra y necesitan escuchar, en medio del ruido y de la prisa, de la tecnología y las presiones del mundo la llamada de Dios y apostar por la propuesta de Jesús en Nazaret, por los excluidos y marginados, por los pobres y los jóvenes. Todos somos corresponsables de que en nuestras comunidades haya o no haya sacerdotes santos.
Oremos por el Papa y oremos por nuestros sacerdotes, somos vasija frágil que se puede quebrar. Hay muchos apegos mundanos que nos cercan y no nos dejan avanzar.
No es fácil, ni lo fue antes ni lo es ahora, tenemos muchos factores que influyen negativamente. Nos envía el Señor como corderos en medio de lobos, Pero para Dios nada hay imposible y como le dijo al apóstol te basta mi gracia. Somos una Iglesia joven ¿no lo ven en sus rostros? pero hay que verlo en el corazón y el corazón del misionero es siempre joven .Cristo misionero nos quiere misioneros.
Que Dios les bendiga y animen en sus casas y familias a esos jóvenes que sienten en su corazón la inquietud de una entrega generosa y sacerdotal aunque con miedo para seguir a Jesús y salvar este mundo que necesita más que nunca de Dios.
Mons. Cob
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