«Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre». Éxodo, 20:2
España vive la crisis económica más dura desde la Guerra Civil. La juventud española paga los platos rotos: un 54% de ella está en el paro (desocupación). Uno o una de cada dos jóvenes españoles está sin empleo. Y lamayoría de esta juventud parada es profesional.
¿Qué hacer? Salir de España volando, o como sea, pero salir. ¿A dónde ir? !A América! Y, preferiblemente, a Ecuador. ¿Por qué? Porque compartimos el mismo idioma, porque nuestro país está dolarizado, porque desde hace más de 500 años hay presencia ibérica en Ecuador, porque los acogemos bien y porque este país es maravilloso.
Hay más razones, pero el caso es que, en los últimos tres años, se ha duplicado el número de residentes españoles en Ecuador, y la mayoría de esta gente es joven. !En hora buena!, decimos con fe y esperanza.
«Tortilla que no se voltea se quema», dicen en España. Hace 15 años, fuimos las y los ecuatorianos quienes salimos a España, también en plena crisis económica. Ahora es la juventud española la que viene a Ecuador.
Según proyecciones, es posible que en el año 2015 Ecuador esté recibiendo a más de 150.000 españolas/es, en su mayoría jóvenes; esta cifra se constituiría en el mayor éxodo español, después de la Guerra Civil y la II Guerra Mundial.
Esta juventud en éxodo de España se unirá muy pronto a miles de jóvenes procedentes o de origen colombiano, cubano, haitiano, peruano y norteamericano. Muy pronto tendremos una juventud ecuatoriana híbrida, diversa.
En muy poco tiempo, miles de españolas y españoles estarán aquí, para comenzar una nueva vida, para dar continuidad al sueño que habita en el corazón de cada persona joven. En La Casa Grande hay cabida para todas y todos.
Nuestro programa 29º está dedicado a este tema. Eider, Javier, Gerad y Pedro, cuatro españoles que están aquí, nos cuentan qué sucede, cómo se sienten, el por qué del éxodo y la razón que los ha llevado a escoger a Ecuador como su nueva casa.
¿Sale la juventud española de un «Egipto» en el que no pueden servirle más a un sistema equivocado? Creemos que esa juventud no se va: está siendo expulsada, y así piensan ellas y ellos. Que Dios guíe sus pasos y, si vienen a nuestro país, bienvenido son, hermanas y hermanos jóvenes: Él les dará semilla y labor en nuestra bella Tierra.