Un joven anónimo, de 19 años, que reside en una ciudad del Oriente ecuatoriano; Raúl, psicólogo que trabaja con comunidades en situación de movilidad humana, y Pablo, artista y periodista, generan el programa 28° de La Casa Grande. Ésta edición está dedicado al consumo de drogas en el colectivo juvenil quiteño, situación que contrasta y coincide con lo que sucede en la juventud de una provincia amazónica. Habla Pablo:
–Me preocupa que en Quito se consiga droga con tanta facilidad. Yendo por navidad a saludar a mis padres, pasé por la Michelena, y el taxista me señaló, en apenas seis cuadras, al menos a 9 personas que estaban expendiendo diferentes tipos de droga en ese momento.
– Los medios de comunicación –continúa Pablo, director de noticias de Radio Católica Nacional– se han dedicado a informar sobre la droga, pero no han hecho nada diferente a describir qué pasa con los vicios en nuestra juventud. Creo que los medios deben prevenir. Repito y complemento: prevenir y educar; poco o nada se hace en ese sentido.
– Hay que pasar de la descripción a la acción. Ecuador ya no es un país de tránsito de estupefacientes: aquí se produce droga y, más grave aún, se consume mucha droga y alcohol y, para rematar, ese consumo ha aumentado en nuestra juventud. La familia y el ente educativo tienen que interesarse y actuar ya– concluye Pablo, agregando que su visión no es pesimista, más bien, la considera realista.
Raúl (psicólogo relativamente joven, y compañero en Movilidad Humana, también ve con preocupación el empleo de la droga en la gente joven:
– El bazuco (base de cocaína que se fuma), por ejemplo, genera una casi inmediata adicción. Basta con que un guambra se pegue tres o cuatro noches de fumar la base, y seguro que queda enganchado. Ese entronque puede ser para toda la vida, o costarle la vida. El bazuco es un peligro serio, de rápida acción degenerativa.
– Un joven adicto pierde por completo su rol: cambia drásticamente de conducta, se distancia de la familia, intenta ocultar en qué anda. Cuando necesita droga y no tiene dinero, recurre al robo. En el caso de las chicas, es fácil llegar a la prostitución y la pornografía tomando la vía de la coca o del bazuco.
– De 10 pelados que tratan de recuperarse de la adicción al bazuco mediante tratamientos terapéuticos, solo 3 logran salir del vicio y se recuperan completamente. El destino de la mayoría restante es incierto pero, en la mayoría de los casos, esa vida se arruina socialmente– afirma Raúl con una seguridad no exenta de pesar y malestar.
– Me hace pensar mucho eso de que legalicen la marihuana, porque aunque ella en sí no es tan nociva como la base o la coca o el éxtasis y otros productos químicos modernos, fumar hierba definitivamente genera curiosidad hacia otras drogas. Todo depende del chico o la chica, de la suerte que tenga: si no le gusta, bien; pero si le agrada la experiencia, es muy seguro que pruebe pronto drogas más fuertes.
Eider, que co-presenta el programa, advierte que en España, la situación de la droga es sumamente seria, sobre todo en cuando a cocaína se refiere, y el frecuente uso de ella y de otras substancias por parte de la gente joven.
En cuanto al testimonio del joven anónimo que mencionamos al comienzo de esta nota, es mejor que ustedes se formen su propia opinión. Aparentemente es simple y confuso, pero esconde fuertes verdades, vacíos, ausencias, incomprensión, temores, confesiones, en fin, escuchar este testimonio nos permite conocer un mundo que no queremos ver, que preferimos, como personas adultas que no consumimos, ignorarlo o, peor aún, negarlo.