Doña María, Gregoria, Jovita y Lourdes abren su recuerdo para mostrarnos la discriminación que han sufrido. Cuatro mujeres, tres de ellas afroecuatorianas, nos narran situaciones vividas, en las cuales el hecho discriminatorio hizo daño y generó dolor. Las lágrimas del recuerdo y las actuales, están exentas de rencor, porque han sido limpiadas con el perdón y el amor a los demás que Él les puso en sus corazones.
Mujer y afro, doble discriminación: más crueldad, más burla, más injusticia, más dañó sin sentido. Hay razones de sobra para la rebeldía. También para la desesperanza, porque está enfermo el espíritu; la mente es incapaz de volver la luz al corazón. Hombre y blanco son sinónimo de represión, dominio y discriminación. Reflexión que entristece pero también alerta a seguir predicando y luchando por la equidad del género humano.
Anulada la libertad, hay que recuperarla en la acción. Acción conjunta, solidaria, con otras mujeres, con otros hombres, que respetan al ser humano, porque todos somos hermanas y hermanos, e hijas e hijos de Dios.
Testimonios duros pero necesarios; voces llenas de tristeza y valor. Mujeres de carne y hueso, del día a día, organizadas, laboriosas socialmente, solidarias, capaces de perdonar, entregadas a las y los demás. Ejemplos vivientes formados en la Pastoral de la Mujer de Cáritas Ecuador.
Recuerden: jueves 21 de marzo, Día contra la Discriminación. Que este día marque una actitud distinta de Ecuador frente al prejuicio y a los actos discriminatorios.