Con el lema, «Compartiendo Construimos comunidad«, la Iglesia de Ecuador celebra por primera vez en la festividad del Corpus Christi, el día nacional de Cáritas. La decisión se adoptó en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana del pasado mes de abril.
¿Por qué un Día de Cáritas? Benedicto XVI ha insistido desde su primera encíclica “Deus Caritas Est” en la necesidad de entender la misión evangelizadora de la Iglesia de un modo integral, asegurando que la acción caritativa y social (koinonia) se desarrolla y articula en nuestras comunidades con la misma fuerza e intensidad con las que ordinariamente se atiende a la predicación de la Palabra (kerigma) y la celebración de la Vida en Dios (liturgia). La celebración anual de un Día de Cáritas quiere fortalecer nuestro deseo de multiplicar en profunda unión con Cristo, sus obras de misericordia. Queremos transmitir en nuestro modo de vivir y de actuar, la fuerza del amor de Dios, la sensibilidad de Cristo para con nuestras hermanas y hermanos sufrientes, solos y necesitados.
¿Por qué vincular el día de Caritas a la festividad del Corpus Christi? En la tradición cristiana, el compromiso caritativo y social está profundamente unido al don y de la Eucaristía. Y la Eucaristía, para que sea completa, debe potenciar en la comunidad celebrante la gran misericordia y la respuesta generosa de Cristo ante el sufrimiento humano. En otras partes del mundo, la Iglesia celebra al mismo tiempo el don de la Eucaristía y la fuerza transformadora de la caridad cristiana. En Ecuador también queremos hacerlo así.
¿Cómo celebrar el don de la caridad en la vida de la Iglesia en la festividad del Corpus Christi? A modo de sugerencia, incluimos algunas propuestas. Por ejemplo se podría:
- Desarrollar en la predicación la profunda vinculación del don eucarístico y del servicio de la caridad en sus diversas manifestaciones, realidades ambas que expresan dimensiones esenciales del ser y el actuar de Cristo.
- Expresar en la celebración la centralidad del ministerio de la caridad, como don de Cristo a su Iglesia, renovando el compromiso de los voluntarios/as comprometidos en algún tipo de servicio caritativo y social, reconociendo su profundo valor para la vida de la comunidad cristiana, y renovando su envío con la entrega de un símbolo y/o con una bendición especial.
- Rezar juntos al final de la celebración la Oración de la estampita conmemorativa que en muchos templos se va a repartir ese día.
- Motivar y destinar la colecta de ese día para el sostenimiento y desarrollo de la acción caritativa y social de la parroquia o comunidad que celebra.
- Realizar la semana anterior encuentros de oración en los que se promueva el compromiso samaritano de los diversos grupos parroquiales.