El pasado viernes 7 de junio se realizó, en la ciudad de Santa Rosa —provincia de El Oro—, el foro ‘Protección y defensa de las fuentes hídricas frente a la amenaza de la minería en Zamora Chinchipe, Loja, El Oro, Cañar y Azuay’.
Han pasado cuatro años desde que el papa Francisco compartió con el mundo su Carta Encíclica ‘Laudato Si’, una exhortación a la comunidad católica y al mundo entero a cuidar nuestra —como el Papa llamó al planeta Tierra— Casa Común. Pese al tiempo que ha pasado, las palabras escritas en cada página de la Encíclica aún siguen inspirando a muchos y muchas a proteger los ecosistemas de los que son parte.
Las Diócesis de la Zona Sur de Ecuador han articulado esfuerzos para el cuidado de las fuentes de agua, hoy en día amenazadas por las actividades mineras presentes en toda la zona.
“Este foro tiene una dimensión especial, aquí (El Oro) se contamina el agua que la gente consume. Para la zona sur realizar estos foros se está convirtiendo en una tradición, este es el cuarto. Estos espacios son para discutir, conversar, llegar a acuerdos y sobre todo, concientizar a las personas y organizaciones sobre el cuidado y protección de las fuentes hídricas” explica Benito Machicela, coordinador de Cáritas Machala.
Para Machicela, las principales amenazas de las fuentes de agua son las actividades mineras ilegales, y en pequeña y gran escala. “Hay ríos muertos, el último que queda es el que provee agua a la ciudad”, recuerda.
Oscar Cajamarca, es ingeniero agrónomo y forma parte del equipo de Cáritas Cuenca. Él vive de cerca muchas de las problemáticas medioambientales de su provincia, “estamos trabajando en capacitación a líderes comunitarios en el cantón Camilo Ponce Enriquez (que es un área minera) con procesos de protección de fuentes hídricas y en el fortalecimiento de las organizaciones sociales que defienden la Casa Común y las pocas fuentes de agua que actualmente se encuentran servibles”.
Para Cajamarca el foro es una espacio de integración y coordinación, “este foro es para hermanarnos entre defensores del medio ambiente de todo el país, y para proponer alternativas viables, factibles y prácticas como una manera de incidencia política directa para que el estado pueda y tenga conciencia de lo mal que ha ejecutado estos procesos de minería ≪sustentable≫ y que vea que en estos espacios hay representantes comunitarios y sociales que le dicen no a la minería”.
Otra de las asistentes fue Merci Moreno, la acompaña su hija, ambas son pobladoras de Portovelo (El Oro). Su pueblo es un lugar movido por la minería, llegar ahí da una perspectiva de cómo las actividades mineras son el motor económico del cantón. “La visión de cada portovelense es concentrarse en la minería porque le da mayor rentabilidad. Es por ello que se abandonó los campos y la agricultura, se descuidó el turismo, la actividad minera ocupa el mayor porcentaje de la actividad económica del cantón”, comenta.
Hasta el 2018 existían en el país 1468 concesiones mineras. En lo que va del año, solo en la región amazónica se han otorgado 42 nuevas concesiones que comprenden un aproximado de 200 mil hectáreas.
Para la provincia de Loja estas problemáticas no son nuevas, Yanira Ramirez forma parte del equipo de Cáritas en la provincia, ella habla sobre los territorios que se están destinando a actividades mineras y que amenazan el equilibrio de sus ecosistemas, como en el caso de Fierro Urco. “En Loja tenemos 170 mil hectáreas concesionadas (quince por ciento de esa cifra se concesionó después de la consulta popular de 2017), frente a eso y con los oídos sordos de las autoridades nos hemos organizado en comunidad. Los líderes han recibido amenazas para que se callen o se vayan de los territorios que se han concesionado”.
Los foros que ha organizado Cáritas en la Zona Sur se han convertido en espacios de articulación de trabajos en torno al cuidado de la Casa Común, y con la intención de reunir diversas iniciativas dedicadas a esas luchas, muchas de esas inspiradas en la encíclica ‘Laudato Si’.
Para Yanira Ramirez, como para muchos otros asistentes, este espacio es también un apoyo para quienes trabajan en el territorio, “no es un trabajo fácil y necesitamos este apoyo”, finaliza.
Write a comment: